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Narrador omnisciente.

Arthur había llegado esa mañana a la ciudad donde su amigo vivía.
Se alojaria en la mansión de este.
En cuanto se vieron comenzaron a charlar.

_ ¿cómo es? _ pregunto a su amigo.

_ Es, es tan tierno, hermoso. Pero diferente. Sabes no se quiere casar.

_ Hu, que mala suerte la tuya _ río.

_ Ja, Ja _ respondió sarcástico _  Siento que quiero pasar mis horas con él, conociendolo, conversando. Todo.

_ Ay, estas enamorado _ Se lamento Arthur.

_ Claro que no. Pero debo admitir que mi lobo  se estremece en su presencia.

_ O sea que es un perrito asustado.

_ No, no.

Arthur empezó a reír de su amigo que negaba con una sonrisa.

_ Ya basta de mi, dime. ¿que haces aquí?, Deberías estar en tu ciudad. En dos meses te casaras con la marquesa.

_ Lo se. Pero. Pero él.

_ Ho no _ Se lamento Matt _ Te vas a casar. No puedes simplemente buscar a alguien que tal vez ni siquiera viva aún.

_ Oye. En su tumba sólo estaban sus padres. Él no estaba ahí. Y los investigadores que contrate me dijeron que varias personas en ese año vieron a un muchachito huyendo, tomando un barco y luego un carruaje lo trajo hasta aquí.

Matt suspiro para luego tomar un vaso Y servirse vino.

_ Estas obsesionado o enamorado, no lo se. Pero esta mal. Te vas a casar y estas aquí buscando un chico que no ves desde hace años. Ya ni si quiera debes saber como es.

Arthur se sentó en el sofá.

_ Lo se. He intentado olvidarlo pero no lo entiendes, su presencia me persigue. Necesito saber que está bien o que está muerto, pero lo necesito saber y así poder respirar tranquilo y volveré a mi ciudad.

Matt lo miro dudoso.

_ Espero que sea así.

***

Se sacó la ropa lujosa, los accesorios y joyas finas para pasar inadvertido.

Esa misma tarde empezó su búsqueda. Aún conocía su aroma. Empezó por las calles principales, fue a algunas tiendas y luego a los bares pero no lo encontró. Estaba intranquilo.

Cualquier chico de piel clara, de cabello negro, Lo olfateba.

Estaba molesto.

***

Peter se sentía asqueado mientras miraba el cuerpo desnudo de su amo. Había tenido que usar su cuerpo, complacerlo como ciento de veces lo había hecho antes.
Creía que un día se acostumbraria, pero ya no quería acostumbrarse. Ese viejo alfa no era el hombre de sus sueños, sino era el que lo estaba esperando en su mansión.

En silencio se levantó de la cama, salió de la habitación del alfa y fue por las ropas finas.

Caminaria pero eso no le importaba.

***

El Duque estaba frente a la chimenea.
la cena estaba lista sobre la mesa, él se encontraba nervioso ya que el omega estaba tardando. Le preocupaba que su padre pudo descubrirlo antes de salir.

Una sirvienta camino frente al dueño de la mansión.

_ Duque, el jovencito Ben, está en la entrada.

Entre nobles, lo que no se contó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora