wanna feel a thousand hands (from you)

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«Antes de morir

quiero el cielo».

Había dormido tan solo tres horas.

La discoteca ese viernes había cerrado más tarde de lo normal a causa de la clientela, y eso había provocado que mi hora de llegar a casa después de servir cubatas durante toda la noche hubiese estado más cerca del sol que de la madrugada. Y podría haber dormido toda la mañana para descansar y recuperar la energía perdida, pero me había prometido aprovecharla para pintar y poner en orden alguno de los pedidos de la página web. Si quería conseguir el dinero, lo mínimo que podía hacer era tener los pedidos a tiempo. Así que había acabado despertándome tres horas más tarde de las seis con unas ojeras que parecían una pista de patinaje y pocas ganas de hacer algo más allá de pasar el día en la cama.

Entonces, había caído en la cuenta de que Miki nos había invitado ese sábado a la actuación de su grupo artístico, lo cual no solo significaba que tenía la tarde completamente ocupada, sino que además no iba a poder dormir y recuperar el sueño. De modo que me había echado maquillaje para ocultar mi cara demacrada y había llamado a Carlos para que pasara a recogerme antes de encaminarse al centro.

Y allí nos encontrábamos Carlos, María y yo, apoyados en la fachada del local, esperando a que fuese un poco más tarde para no ser los primeros en entrar. Saqué el teléfono del bolsillo del abrigo con los dedos congelados.

[18:13] albxreche: crees que la gente puede morirse, literalmente morirse, de sueño?

- ¿Crees que va a venir alguien más? – preguntó Carlos, escondiendo la cabeza en la bufanda.

- Pues no lo sé – señaló María, utilizando los dedos para contar -. Marta ha quedado para hacer no sé qué trabajo, África está con Damion y sus movidas, Famous evidentemente no puede venir desde Sevilla para venir a esto, así que...

[18:16] eilanbay: de hecho, SÉ que la gente puede morirse de sueño literalmente

[18:16] albxreche: hay alguna posibilidad de que pueda pasarme ahora mismo?

[18:17] eilanbay: mmm creo que no

[18:17] eilanbay: y sería una lástima perdernos a la alba reche del futuro

[18:18] eilanbay: no te mueras, porfa

Sonreí, mordisqueándome las uñas para que no se notase tanto que los comentarios de Eilan Bay tenían en mí ese efecto. Y era mucho más difícil disimular teniendo en cuenta que, desde mi confesión, María no me quitaba los ojos de encima.

- Entonces estamos todos, ¿no? – preguntó Carlos, frotándose las manos.

- Creo que no todos – susurró entonces María.

Levanté la vista. Me había llamado la atención el tono sombrío de mi amiga, pero en cuanto seguí su mirada pude adivinar por qué. A tan solo unos metros de nosotros, con un abrigo largo y un jersey de cuello alto que asomaba por debajo, estaba Joan. Tenía el móvil en la mano y parecía estar comprobando si la dirección del local era la correcta. Siempre había sido muy despistado.

Agaché la cabeza al mismo tiempo que noté a Carlos erguirse a mi izquierda. Sentía una pesadez en el estómago que hacía algunos días no notaba, y no hacía más que acrecentarse. ¿Se atrevería a acercarse a nosotros? ¿A sus amigos? ¿O preferiría ver solo a Miki con tal de no coincidir conmigo?