Capítulo 3

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(siempre que ponga la letra en cursiva, es porque hablan en inglés, lo más seguro es que se me olvide en otros capítulos)

𝑱𝑼𝑳𝑬𝑵

-Si, mamá. Se fue como a las nueve de la mañana. -digo mientras me levanto de la silla del salón.

-¿La has dejado irse sola, irresponsable? Se puede perder. -me regaña.

-Mamá. -digo cansado al teléfono, mientras me sirvo un vaso gigante de agua con hielo. -Ayer le enseñé cómo ir, la acompañé hasta la universidad y sabe cómo llegar.

-Bueno. -dice insegura. -Quiero que me vengáis a visitar algún día que hace tiempo que no la veo.

-Si. -digo alargando la 'i'. -Venga, te dejo que estoy escribiendo.

-Vale, cariño. Dedícamelo, te quiero, adiós. -y me cuelga.

Virginia Martin, alias mamá. Es una mujer excesivamente cariñosa, cocina de maravilla, da unos consejos de puñetera madre, te ayuda siempre que puede y es la mujer que más quiero en este mundo. Ella nació en Boston y se mudó a Barcelona con dieciocho años para estudiar derecho en la uni. Allí conoció a mi padre, Arturo Soler, un estudiante de su misma carrera con el que tuvo un flechazo. Se casaron, me tuvieron a mí y después a mi hermana, la cual está como una cabra pero eso es otra historia.

Mis padres se divorciaron a los tres o cuatro meses de fallecer los padres de Eden y Santi, hará ya nueve meses. Ya tenían problemas de antes pero la muerte de los Vázquez Sanz, sus mejores amigos de siempre, lo remató. Ahora mamá vive en Boston y papá en Barcelona.

Mi madre siempre ha querido a Santiago y Eden como si fueran sus hijos, y los ha tratado como tal. Y sé que ambos igual han querido y quieren a mi madre como si fuera alguien más de su familia. Cuando sus padres murieron, mamá quiso acogerlos en casa pero ambos se negaron pues no querían deberle nada a nadie.

Eden cambió por completo. Se aisló un poco en sí misma pero no permitía que nadie lo notara y lo sigue haciendo, pero la conozco demasiado bien como para no saber lo que siente después de la muerte de sus padres. No venía a casa a comer los domingos con su hermano, venía él solo, no iba a ver a mi madre al bufete de abogado como hacía siempre... Ella dice que no, pero ha cambiado muchísimo. Aunque lo entiendo, la muerte de tus padres debe ser una real mierda y un dolor monumental. Pero ocular tus sentimientos nunca es bueno.

Eden siempre fue una niña con mucho más razonamiento que su hermano y yo juntos. Siempre ha sido una niña con mucha destreza con el dibujo, pero lo que más ha destacado siempre en ella ha sido su inteligencia. La adelantaron un curso con no sé cuantos años, por lo que ahora, con veinte años cumplidos este enero, en vez de estar en segundo de carrera está en tercero.

A las doce, me pongo a hacer la comida. Nunca he acabado de adaptarme a los horarios de comida de aquí, pero intento adaptarme ahora por Eden, pues ella si que deberá adaptarse ya que tiene un horario que seguir. A las doce y media acabo con la ensalada de arroz.

-Julen. -dice la voz de Eden desde el salón. Salgo de la cocina secándome las manos con los pantalones y la veo sacando papeles de su bolso.

-Hey. -saludo sonriendo. -¿Cómo ha ido?

-Una tía me ha tratado como la mierda por ser española y estar allí por una beca. -dice sacando un bolígrafo. -Se han burlado de mí por mi acento español y me han mirado como si fuera un bicho raro por empezar en el segundo semestre. -se sienta en la silla y acerca un papel a ella. -Una chica de mi carrera me ha defendido y ha dejado mal a esa gente. Nos hemos hecho como amigas y hemos vuelto juntas, vive a dos calles de aquí.

"SERENDIPIA" {FBTNY #1} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora