Capítulo 23

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*Siento no haber subido capítulo antes. Ayer celebré mi cumpleaños y hoy me desperté con un poco de resaca. Ahora que estoy en todas mis facultades, subo el capítulo. I'm so sorry.*

𝑬𝑫𝑬𝑵

Con mis dos maletas llenas de ropa y mi maleta colgada en la espalda, salgo de mi habitación encontrándome a mi hermano en el salón. Cojo el libro de Julen, el que me mandó a mí, y lo guardo en mi mochila.

-¿Te vas? -pregunta mi hermano.

-No tengo que quedarme más aquí si ya he terminado mi trabajo y mi hermano no me habla. -digo cerrando la mochila.

-¿Dónde?

-A casa de Julen. No hace falta que me mandes dinero, tengo mis sueldo y mis ahorros. -le digo caminando hacia la puerta. Me giro y lo miro. -Abre los ojos, Santiago.

Sin más, salgo del departamento y bajo pues Ángela me espera con su coche en la calle.

Estas tres semanas Santiago no me ha dirigido la palabra, incluso cambió su turno de trabajo para que no coincidiéramos en casa. Yo he intentado hablar con él cada día y él me ha ignorado o rechazado. Lo he intentado pero su cabeza dura no permite que le entre en la cabeza que su hermana está enamorada. Y no quiero que piense que estoy eligiendo a Julen por encima de él porque no es así, es mi hermano y lo quiero sobre todas las cosas, pero lo que está haciendo es una infantilada como una casa.

Cuando llegamos al aeropuerto, nos despedimos con muchos abrazos y besos, y no falta ella diciéndome que le busque trabajo de enfermera para el año que viene.

······

A las diez de la noche subo las escaleras del metro con mis dos grandes maletas y camino por la calle dirección al 1835 de Amsterdam Avenue, el edificio en el que vivimos. Justo cuando llego al portal, veo a Julen bajar de un coche gris.

-Justo a tiempo. -canturreo. Él sonríe contento, se acerca a mí y me abraza levantándome un poco del suelo.

-Te he echado de menos. -murmura. Se separa un poco y besa mis labios repetidas veces. -Subamos, venga.

Entramos en el ascensor y le damos a nuestro piso.

-¿Santiago...?

-Sigue sin hablarme. -suspiro.

-Lo siento mucho. -dice con una mueca.

-No lo sientas, no es tu culpa. -digo negando con la cabeza. -En todo caso sería mi culpa. Si no me hubiera enamorado de ti y no hubiera estado tan pesada...

-No digas eso. -me corta con el ceño fruncido.

Las puertas se abren y salimos juntos con mis maletas.

-Es que es la verdad... -murmuro. Él abre la puerta de casa y entramos.

-No lo es. No te culpes de nada y más si no tienes razones.

Asiento levemente con la cabeza y entre los dos subimos mis maletas y su bolsa hacia las habitaciones, pues él acaba de llegar de Boston de su penúltima firma de libros. La última la tiene mañana aquí mismo en New York, en una librería de Broadway. Me ayuda a guardar la ropa en mi armario y luego vamos a su habitación. Nos tumbamos juntos en la cama y lo abrazo por el torso.

-Al final voy a tener que cambiar mi padrino de la boda. -murmura para aliviar el ambiente. Yo carcajeo y beso su pecho. -Espero que entre en razón...

-Esperemos que si. Nunca pensé que reaccionaría así, por favor, se está comportando como un niño.

-Necesita tiempo. -suspira.

"SERENDIPIA" {FBTNY #1} ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora