Consulta amorosa con Reigen Arataka

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La mañana de Teruki fue tan regular como siempre, eso le molestaba, pero no tenía con quien quejarse ni hablar de ello. Por lo menos, el salir con cualquier chica y ser un bravucón en costas de toda la secundaria ya no era lo suyo, intentaba dar lo mejor de sí para llevarse con todos, pero no podía decir que era fácil. Aunque sabía que no lograría nada siguiendo con aquella farsa, ser quien no era, ya faltaba poco para salir de la secundaria y entrar al bachillerato, podría empezar de nuevo sin tener que recibir el rechazo en un solo impacto, era su infalible plan. Ya saliendo de ello. En cuanto llegó a casa se preparó para ir a la agencia de Reigen Arataka, ansioso era la palabra perfecta, inquieto y de todas formas, nunca en su vida se había planteado el salir con alguien de verdad; con todas las chicas con las que había tenido citas sabía que nada pasaría, no solo por tener catorce años, también por su marca y su tan despreciable y verdadera personalidad, y la de las niñas que lo seguían también, aunque las trataba bien porque las quería y de vez en cuando les tenía lástima, aunque eso no sonase bien.

Con ayuda de sus poderes convirtió esos treinta minutos de caminata en diez de movimientos telequineticos que lo dejaron el doble de cansado, quizás había valido un poco la pena, pero sintió una decepción y lástima en su pecho al ver el letrero del lugar, era minimalista, seguro para no llamar la atención, pensó. Suspiró y entró al lugar, subiendo unas estrechas escaleritas hasta una puerta con el nombre "Reigen Arataka" señalado en un cartel sobre esta, tocó dos veces y esperó a que le abrieran. Ahí estaba, alguien rápidamente le abrió y lo primero que vio fue a un alto hombre azabache bien peinado y afeitado, sonriendole muy sinceramente.

-Hola, soy Serizawa Katsuya, ahora mismo el señor Reigen está ocupado con un cliente -Dijo él con una voz que le pareció un tanto nerviosa en el fondo, pero el rubio no dijo nada al respecto, no tenía porqué decir algo contra eso.

-Lo esperaré, ¿Puedo? -Cuestionó, echándole un vistazo a la "sala de espera", no era más que un montón de asientos y sofás, tampoco habló de ello.

-Sí, claro, gracias por venir a consultar con nosotros -Se inclinó hacia él, le sonrió y se retiró por la única puerta, además de la entrada.

Teru se sentó en el sofá que le pareció más cómodo, aquel hombre Serizawa realmente que era poderoso, había sentido vibraciones venir de él, como si estuviese aguantando con todas sus fuerzas todo lo que tenía acumulado dentro suyo. No se detuvo a mirarlo de cerca por si su destinado se encontraba escrito en algunas parte visible de su cuerpo, era demasiado curioso con ello y lo lamentaba por invadir privacidad, pero así era; un completo niño mimado. Se dedicó a buscar más señales de energía a los alrededores más cercanos y pudo sorprenderse al sentir otros dos además del de Serizawa, suponía que uno era de Reigen, pero el otro ya lo había sentido antes. Un escalofrío recorrió su columna vertebral, haciéndolo agitarse un tanto en su lugar, ¿Por qué él estaría en un lugar así? No podía darse una explicación coherente de ello, lo intentaba, de veras, pero era demasiado bizarro que Kageyama se encontrase en una consulta con alguien tal como Reigen Arataka, ¿Qué razón lo llevaba a una visita así?

-¡Gracias, muchas gracias! -Escuchó una puerta abrirse y la voz de una mujer exclamar con tanta gratitud y entre reverencias a quien se encontraba del otro lado de la habitación. Salió con sus ojos llorosos e, ignorando completamente a Teru, se fue del lugar, sin decir ni hacer nada más.

-Ya puedes entrar -Hanazawa se vio identificado y se levantó de su lugar con asombro de lo que aquella voz había provocado en él. Caminó hasta la puerta por la cual la mujer anteriormente había salido y pudo encontrar una salita bastante cómoda y bien iluminada, con un escritorio al final, una mesa con dos sillones frente a frente y otro pequeño rincón donde un chico de cabellos azabache le sonreía en silencio. No dijo nada, pero su presencia, su mirada hablaba hacia él, diciendo: "Hola de nuevo" y eso lo puso totalmente incómodo.

¿Cómo carajos iba a pedir una consulta amorosa SOBRE KAGEYAMA si ÉL SE ENCONTRABA AHÍ? Qué gran putada, y se había puesto su mejor suéter para la ocasión. Pasó de largo, tan solo respondiendo con un movimiento de cabeza y una sonrisa, totalmente abochornado. Se sentó junto frente a frente con el adulto, no quería mirarlo a los ojos, más bien no podía, pues estos no dejaban de desviarse hasta la sonrisa que Shigeo mantenía detrás suya. En otro rincón de la habitación, junto a Reigen se encontraba el hombre de antes, Serizawa, pero éste pasaba totalmente desapercibido por Teruki, pues no tenía que ver en nada con la razón por la cuál estaba ahí.

-¡Bien! ¿Cuál es la razón del señorito para venir a mi consulta? Tiene que haber un problema, has estado callado por mucho rato, ¿Cuál es tu nombre? -El rubio fue atacado por las palabras, movimientos y actitudes de Reigen, respondió: "Teruki Hanazawa". Arataka no se proponía más que mirarlo con una sonrisa curiosa, el hombre detrás suya no movía ni un pelo- Oye, si quieres privacidad puedes decírmelo, pero no seas tímido, estamos perdiendo el tiempo -Se acercó al rostro de Hanazawa, éste estaba paralizado, seguía sintiendo a Kageyama, no podía soportar eso. Asintió con su cabeza como última opción accesible y Reigen supo qué hacer- Katsuya, puedes llevar a Mob a comprar un helado o algo, vayan a buscar a Ritsu a la escuela también, se está haciendo tarde y el mocoso no se diga a responder mensajes -El aura tan inquieta de "Mob" bajó su intensidad ante las palabras de su mentor y se levantó en cuanto Serizawa se puso a su lado. Teruki esperó hasta que escuchó que la puerta se cerraba a sus espaldas- ¡Listo! Ahora... -Se vio interrumpido por la abrupta vista del rostro completo del esper, viéndole con tenacidad.

-No tengo alma gemela, pero me gusta alguien, ¿Qué hago?

El hombre borró su sonrisa de sus labios y Teru se arrepintió de haberlo interrumpido, bajando su cabeza; se preparó para que Reigen le hablara sobre tener buenos modales, como todo adulto haría. Tuvo un susto de muerte cuando una mano grande tocó con cierta empatía su cabeza, subiendo la mirada para ver una nueva y más sincera sonrisa en el rostro del pelirrojo.

-No te sientas avergonzado, puedo encontrar una solución. -Con orgullo el hombre se señaló a sí mismo con su pulgar y del cajón de su escritorio sacó una hoja de papel y del bolsillo de su saco un lápiz- Primero llena este formulario si no tienes problemas, te haré unas preguntas para conocer mejor tu caso.

Teruki con una mirada espectante asintió con su cabeza y fue contagiado con la sonrisa del adulto, tomó con gusto el lápiz y comenzó a llenar los espacios, con cosas tan comunes como su nombre y fecha de nacimiento, no había algún dato que fuese muy rebuscado como para ser estafado y al final se encontraba un espacio para firmar, aceptando las condiciones de privacidad que contaba con la "compañía". Agradecía que esa fuera su reacción, en sus ojos había visto compasión por un segundo, no supo si fue un sentimiendo de verdad sincero o era pura lástima, como fuese, había aceptando en ayudarlo, por imposible que a él le pareciera, otra persona sabía su secreto y no lo había juzgado sin antes conocerlo, eso lo hizo inmensamente feliz.

-Entonces, Teruki. ¿Ya habías tenido sentimientos antes por otra persona o es la primera vez?

Las preguntas comenzaron y Teru tomó aire, subió la mirada y separó sus labios con decisión para contestar a todas las que se presentasen.

ᴋᵒⁱ ⁿᵒ ʸᵒᵏᵃⁿ //ᵗᵉʳᵘᵐᵒᵇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora