No estaba

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-Mob, ven aquí.

Era de noche y los cuatro ya habían ido a casa para ir a dormir y descansar. Aquel día era el turno de Shigeo de lavar los trastes y Reigen estaba escuchando música en la radio mientras lo esperaba para irse a acostar tranquilo; después de que terminara y antes de irse, le llamó y le hizo una seña para que se acercara, el adolescente no se vio extrañado por eso, aunque en realidad si lo fuese, puesto que s Reigen no le gustaba mucho dejar a sus niños tan tarde en la noche, despiertos, en un día de semana. Mob se sentó a su lado en el sofá y el pelirrojo le rodeó con su brazo, Shigeo se acurrucó en él y cerró sus ojos.

-Parece que hoy fue un día atareado -Murmuró Arataka, apagando la radio y ordenando los cabellos tan negros como el petróleo de Mob, suspirando, con sus ojos pesando, preparado para irse a su habitación, con su gran pijama distintivo de él- ¿Qué tal tu primer mes en el club de Físicoculturismo? -Le preguntó, otra vez manteniendo su voz en un volumen bastante moderado, le gustaba pasar tiempo con Mob, era tranquilo, al contrario de Ritsu y era fácil hablar con él, le daba ternura, lo quería mucho (así como también quería mucho a Ritsu, aunque éste no lo creyera) y a su vez muy complicado en expresar sus sentimientos hacia los demás, no podía adivinar lo que le pasaba, tampoco el cómo se sentía, no sabía cuando tenía miedo o estaba contento, triste o enojado; eso le frustraba.

-Estuvo bien -Murmuró él, sonriendo de forma silenciosa, en sus ojos se veía un pequeño brillo, lo hacía feliz, y mucho, podía deducir Reigen ante esa mirada en su pupilo, pero sabía que había algo más que lo hacía feliz y la razón de esto no era un simple club escolar; se acomodó en su lugar y rodeó los hombros de mob con su brazo, suspirando, quería charlar y en serio- ¿Pasa algo, maes...?

-Por favor, no es la ocasión -Reigen estaba incómodo, no era como si fuese fácil hablar sobre ese tema para él, incluso, todavía seguía siendo algo tabú a pesar de su ya... mediana edad, no era cerrado de mente, tan solo seguía teniendo miedo y eso era lo que menos le gustaba de sí mismo- Tú conoces al chico que vino a verme hoy, Teruki Hanazawa, él preguntó por ti.

-¡¿Lo hizo?! -Preguntó y exclamó con emoción. Un florero tembló detrás de Reigen, su voz había hecho retumar algunos lugares de la casa y eso no sabía si era bueno o malo, pero le daba curiosidad- Uh, lo lamento -Se disculpó el chico, retomando su expresión neutra, canalizando sus emociones para no dejarlas salir nuevamente, como había hecho casi toda su vida sin siquiera notarlo- ¿Qué dijo de mí?

-Nada en especial -El pelirrojo se estiró y bostezó, mirando al chico con disimulo, buscando algo en él, invisible- Mob... ¿Le hablaste de tus destinados a ese chico?

-Uh... no, no recuerdo haber hecho algo parecido -Mob buscó en su memoria, se habían visto tan pocas veces, pero sentía algo que no podía describir con aquel chico, y quería descubrir que era- No somos íntimos.

-Qué raro -Reigen suspiró y volvió a mirar con esos ojos a Mob, sin estar seguro de decirle o no, pero en algún momento tendría que hacerlo, y perder el tiempo era lo que menos le gustaba- Él preguntó por ti, pero además de eso, preguntó si existía tal cosa como más de un destinado, eres al único que conozco que sea así, Mob -Siempre le preocupó mucho el hecho, la "condición" que el niño tenía, lo asustaba, era desconocido, poco común, IMPOSIBLE, y él era la única consulta que había aceptado y que todavía no podía resolver- Su nombre, ¿No ha aparecido en tu cuerpo? -Reigen fue testigo de la expresión más intensa que se había visto en Shigeo, la esperanza, reflejada en sus ojos y siendo emanada por los poros de su piel, impregnada en las indecisiones del destino, cubiertas por el miedo y ocultas con los secretos de sus íntimos, sintiendo que iba a desfallecer. Mob no lo pensó dos veces y se quitó su camisa del pijama, para que su padre viera su punto ciego, su espalda, quería confirmar la idea que Arataka acababa de dar, con una sonrisa en su rostro, buscando por el resto de su cuerpo el kanji correspondiente al nombre de Hanazawa, pero no lo encontró y el suspiro aliviado de Reigen detrás suyo hizo que su sonrisa poco común desapareciera en menos de un segundo.

-No estaba -Murmuró, bajando su mirada, encorvando su espalda, permitiendo a el pelirrojo ver la columna vertebral marcarse en la tan blanquecina piel.

67% para el estallido de Mob.

-No, pero Musashi sigue aquí, Tome... uhm, los conoces, ¿No es así?

84% para el estallido de Mob.

-¿Mob? -El azabache se levantó sin responderle, tomó su pijama y se lo puso nuevamente, apretando sus párpados inconsciente.

-Buenas noches, Maestro Reigen.

-No.

El niño sintió que le tomaban del brazo y se dio cuenta de que estaba temblando, sudaba y quería alejarse de las palabras de su maestro lo más pronto posible. Sintió que varias cosas comenzaban a moverse a su alrededor, sus pies se sentían tan livianos y un pitido molestaba en sus oídos, sin ser capaz de controlarse a él y los acelerados latidos de su corazón. Sus manos se dirigieron a su rostro, dándole la espalda a Reigen que lo tiraba y llamaba por su nombre verdadero.

98% para el estallido de Mob.

-Shigeo -Lo llamaba lo más alto posible, no quería llamar la atención de nadie más en la casa, pero de seguro se darían cuenta tarde o temprano- Shigeo, mírame.

100%

Tristeza.

No se dio cuenta, pero todo flotaba a su alrededor, sus pies no tocaban el suelo y Reigen se aferraba de él para no caer, implorando para que lo escuchara. Él no había pedido eso, no había pedido por la confusión del destino, no había hecho nada malo para cargar con ese pecado por todo su cuerpo. No los quería, a nadie que estuviese escrito en su piel, no los quería de esa forma y las lágrimas lo delataban, porque él deseaba a alguien más, quien no estaba a su alcance y Dios no le permitiría amar. Pero vaya mierda era saber que habían preguntado por él y que sabían su secreto; ahora sus oportunidades eran nulas y su corazón se descascaraba por el miedo y melancolía.

ᴋᵒⁱ ⁿᵒ ʸᵒᵏᵃⁿ //ᵗᵉʳᵘᵐᵒᵇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora