(Maratón 4/4)
Estoy sentada en la TARDIS con un traje victoriano. Bajo el libro que estoy leyendo para ver cómo el Doctor entra a la sala de consola. Aún se notaba triste y deprimido por los sucesos de Nueva York.
Había pasado años desde nuestra última aventura con Rory y Amy. Se sentía su ausencia en la TARDIS. Yo los extraño, pero me hace feliz el saber que tuvieron una buena vida y supieron aprovecharla al máximo. En cambio el Doctor, él había sufrido más que River Song. Le dolía que le hubiera fallado a Amy.
– Abigail- dice serio.
– ¿Encontraste algo?- me levantó del asiento rápidamente, ni siquiera se que es lo que exactamente está buscando.
– No, pero me sorprende que haya muchos hombres de nieve.
– Es adviento, falta algunos días para Navidad. Es obvio que habría muñecos de nieve por toda la ciudad- me acercó para besarlo en la mejilla-. Si quieres, podremos localizar a James y a mi hermano para poder pasar Navidad en familia- trato de animarlo.
– No es una buena idea, Abigail. Aún es pronto para celebrar Navidad- comenta decaído.
– ¡Vaya!- digo sorprendida por su respuesta-. En serio te cayó mal. En lo personal, pienso, que a ellos les hubiera gustado que siguiéramos nuestras vidas.
– ¿Ellos?
– Amy y Rory.
– Por supuesto- había arrepentimiento en su tono de voz.
– Saldré a pasear un rato por ahí- me acercó al perchero para agarrar una chalina de color blanco, que combinaba con todo lo que me pusiera-. Por cierto, no quemes Londres como lo hiciste con Roma. Nerón nunca te lo perdono, o tal vez si- el Doctor saca una tímida sonrisa.
– Tratare de no hacerlo- comenta feliz.
Salgo de la TARDIS para ver a mi alrededor. ¿Que se puede esperar si estas entre las nubes? Doy un suspiro, esperaba que pronto se recuperará de la depresión que aún seguía cargando con él.
Escuchó un ruido cerca de mi, pero no hay nadie. Es imposible que hubiera alguien, a menos que hubieran seguido al Doctor hasta aquí.
– ¿Hola? ¿Hay alguien aquí?- mi único resultado es el viento que pasa-. Debió ser imaginación mía.
Me dirijo a las escaleras para poder bajar tranquilamente. Llego al último, que está encima de un lago congelado. Doy un brinco para evitar caer sobre él. Después, empiezo a caminar rumbo a la casa de Madame Vestra.
Después de los hechos del satélite Los demonios huyen, Madame Vestra y Jenny habían vuelto a Inglaterra. Habían regresado a su vida normal hasta que un día escucharon que había pasado cosas extrañas en la estación de trenes. Ambas mujeres habían ido a investigar lo que estaba sucediendo, para su sorpresa, el director de Scotland Yard le había comentado un ser extraño, pero al parecer había huido. Madame Vastra tuvo que pedir permiso para que lo vieran. Preguntó por algún retrato hablado, para su sorpresa era Strax, quien había provocado todo ese alboroto. Vastra tuvo que decirle al director que ella no era una humana y que Strax tampoco lo era. Estuvo semana buscándolo hasta que finalmente lo encontró en un lugar de mala muerte. Ella lo convenció de que estuvieran juntos para poder ayudar a los humanos. Según por lo que tengo entendido, Strax detestaba a los humanos, pero en ese tiempo que estuvo perdido, le habían empezado agradar los humanos. Ahora, los tres vivían juntos mientras resolvían misterios.
Juego con mis dedos en frente de aquella casa. Doy un suspiro tratándome de darme ánimos. Después de todo, ellos son mis nuevos amigos y estoy agradecida que así fueses, porque no sabría como hubiera reaccionado.
ESTÁS LEYENDO
Doctor Who (VII): Remember
FanfictionHay veces que olvidamos las cosas importantes de la vida. Hay veces que tenemos que recordar para no olvidar, más cuando es un misterio. Las personas se van, ya sea por voluntad propia o por cuestiones del destino. Las memorias son algo importante...