Capítulo 6

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Engagement

No pude hacer otra cosa que aceptar tomar ese café y mientras lo esperábamos, nos miramos en silencio unos cuantos segundos. Me fijé en sus ojos verdes, su pelo engominado y su camisa vaquera hasta que él se animó a hablar.

— ¿Y bien? ¿No me vas a contar cómo es que estabas atendiendo en el bar? ¿No será ella tu madre, verdad? — Desvió la mirada un segundo hacia María, con cara de asustado por si lo era realmente.

— Tranquilo, no es mi madre — Dije riéndome de la cara que había puesto —. ¿Saldrías corriendo si lo fuera?

— Para nada. No he estado esperando durante semanas este café para salir por patas ahora.

El buen ambiente que se respiraba en esos pocos segundos de conversación me sorprendió a mí misma. Normalmente, a la tercera frase ya no habría sabido qué responder y mi cara estaría roja como un tomate. Esta vez era distinto, la sensación que tenía era de conocer a ese chico de toda la vida, aunque mi cabeza intentaba poner el freno de mano para no terminar teniendo un accidente.

— Yo llevo viniendo a esta cafetería bastante tiempo y nunca te había visto. ¿Cómo es que hoy te ha dado por venir aquí? ¿Debo creer que el universo te ha mandado a por un café gratis? — Empecé a reírme sola, hasta que paré en seco por miedo a estar siendo demasiado ridícula.

— No ha sido el universo, no — Soltó una sonrisa, aunque creo que fue más por compensar mi carcajada anterior y así hacerme sentir menos ridícula —. Hoy empiezo las prácticas en una pequeña empresa que está al final de la calle. Por miedo a no encontrar el sitio vine mucho más pronto de la hora acordada y una vez localizado, entré a tomar algo.

María vino con ambos cafés y un par de galletas cortesía de la casa. Lo dejó todo encima de la mesa y me guiñó un ojo antes de volver a la barra sin decir ni palabra, pero con una sonrisa delatadora.

— Pues tienes buen gusto, este sitio es fantástico. Venir aquí ya forma parte de mi rutina.

— Entonces creo que llegaré temprano más veces.

— No te voy a estar invitando siempre al café, la próxima vez tendrás que pagarte el tuyo — Me mordí la parte inferior del labio mientras sonreía una vez más.

— No tengo mucho dinero, pero creo que me puedo permitir pagarme el café — Hizo el primero sorbo y levantó la cabeza — y más si está tan bueno.

Los siguientes minutos se pasaron volando y cuando tuvo que despedirse, mi yo interior no dejaba de desear que se quedase unos minutos más.

Nos despedimos con dos besos muy cálidos. Antes de marcharse, acarició mi hombro durante un par de segundos y con la voz más pícara que había escuchado nunca, soltó seis simples palabras.

— Nos vemos mañana, no me falles.

No pude más que asentir con la cabeza como una boba y levantar un poco el brazo movimiento ligeramente la mano de un lado a otro. María, que observaba la escena desde lejos, no me preguntó nada. Creo que ver la cara que se me había quedado ya le respondía todas las dudas.

El resto del día lo pasé intentando centrarme en los distintos apuntes y trabajos que tenía pendientes hasta que llegó la noche y me encerré en mi habitación.

Lo primero que hice fue darme una buena ducha que me sentó como una botella de oxígeno en medio de la luna. Después cené una ensalada con nada más que lechuga, ya que con tanta montaña rusa de emociones, se me había olvidado comprar algo para echarle. Finalmente, me estiré en la cama y decidí llamar a Irene para contarle todo.

— ¡Nashwa! — Me asusté un poco de lo rápido que respondió y el gritó que pegó — Justo ahora estaba pensando en llamarte.

— ¿Y eso? ¿Ha pasado algo?

— Nada, pero te echaba de menos. Últimamente no me cuentas nada.

— Es que no había nada que contarte.

— ¿Había? Vaya, parece que algo ha cambiado — Ella, como siempre, se dio cuenta de que había novedades sin que yo tuviera que decírselo.

— ¿Te acuerdas del chico ese que me invitó a un café?

Y aquí empezó la explicación con toda clase de detalles, sobre lo que había pasado esa tarde. La conversación duró muchísimo y creo que le transmití demasiado, ya que en los últimos momentos de la llamada casi nos preparaba la boda.

— Oye, me lo tienes que presentar. Yo tengo que darle mi visto bueno.

— Claro, mañana le digo que mi antigua profesora ahora es mi mejor amiga y que, aunque vivimos muy lejos, es la que decide si pasa algo o no con un chico. Eso será perfecto para rematar, por si aún no se ha fijado en que soy rarita — Me reí a carcajada limpia —. Nunca vas a cambiar tú.

— Ni tú tampoco cariño y me alegro que así sea — Se escuchó en ese momento un pitido de fondo —. Vaya, parece que han llamado al timbre.

— ¿A estas horas? — Saqué a pasear mi modo cotilla.

— Sí hija sí, me temo que será el vecino de abajo quejándose de las goteras otra vez. Mañana tienes que llamarme de nuevo y si no puede ser, mínimo una nota de voz de WhatsApp, pero yo no me quedo sin saber que pasa — Volvió a sonar el timbre.

— Tranquila, que mañana te cuento. Anda, ve a abrir ya o tirarán la puerta al suelo.

Colgué el teléfono y me metí en la cama directamente. Mi cuerpo necesitaba descansar, pero parece que el universo no quería que así fuera y me mandó una señal en forma de llamada.

¿Un número que no tenía apuntado? No solía llamarme mucha gente más allá de mis padres, Irene y Vodafone. Por un momento pensé que podría ser el chico con el que había tomado el café, al cual no le había preguntado el nombre aún, pero no sabía de dónde podría haber sacado mi número. Por si era él, intenté responder con un tono agradable.

— ¿Dígame?

— Hola. ¿Nashwa? — Su voz me sonaba muchísimo, pero no era el chico con el que había quedado.

— Sí. ¿Quién eres?

— Soy Rubén, tu profesor, — Mi cara cambió de golpe. Era de las últimas personas que esperaba que me llamase y también de las últimas con las que quería hablar en ese momento — disculpa las horas.

— ¿Qué ocurre? — Respondí yo, esta vez usando un tono mucho más seco y agresivo.

— Deberíamos tener una tutoría, ya que debo comentarte algunas cosas. ¿Podrías quedarte en clase conmigo mañana al terminar la última hora?

[FIN DEL CAPÍTULO]

En primer lugar me gustaría disculparme por la espera. Sé que he tardado mucho en actualizar esto y espero no volver a tardar tanto.

Espero que os haya gustado este capítulo. Hay mucho diálogo, pero así lo requería la situación (Y he intentado reducirlos al máximo para que no se hagan excesivamente pesados).

¿Estará a punto de empezar la "batalla" amorosa entre profesor y alumno? ¿De momento veis más a Nashwa con Rubén o con el chico del café? ¿Pensáis que Nashwa dejará de acudir a la cafetería por esa reunión o que directamente dirá que no puede asistir y la dejará para otro momento? Haced vuestras apuestas, os leo :)

LovemarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora