Capítulo siete.

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Me llevó a su habitación, evitamos a todos los chicos dentro, el me tapaba la boca y me agarraba fuertemente de mi cintura, era como una misión de sigilo. Hasta que finalmente, me encerró con él es su habitación con llave. Lo quedé mirando unos minutos, él también desde lejos, claro que mi mirada era de miedo, la de él de enojo con deseo.

-¿Qué me harás?– dije temblorosa.

-¿Quién era él?– dijo enojado.

-Lance, pensé que lo conocías…- me interrumpió.

-¿Te gusta?- dijo frunciendo el ceño y mirando mis ojos tan directamente que tuve que mirar a otro lado, un escalofrío pasó por mi espalda.

¿Me gusta Lance?

-No– dije confusa.

-¿Segura?– vi que dio un paso hacia mi.

Asentí nerviosa –Déjame ir, quiero ir a mi habitación.

-Eres sólo mía Jade Lancaster– se dio la vuelta tenso, vi como se le marcaba su trabajada espalda, tomo la perilla de la puerta y me miró -De acuerdo?- tenso su mandíbula.

Piensa Jade, si él necesita saber eso para dejarte salir, hazlo.

-De acuerdo– sentí como mis piernas temblaban, me daba miedo caminar, podría caer, camine lentamente y su mirada se posó en mi hasta que abrió la puerta.

-Sólo mía– me susurro en el oído con su  grave voz y abrió la puerta dejándome libre, al sentir su tacto me dio un escalofrió que me aturdió, sin pensarlo dos veces, salí de ahí, camine lentamente como si todo estuviera bien hasta que cerró su puerta y me fui corriendo de ahí.

¿Qué mierda hago ahora? ¿Un chico psicópata que ni siquiera conozco bien me quiere suya? Piensa Jade, piensa, tranquila, avísale a tus amigas antes de que te mate, ¿me matará?, no, no creo, corrí hacia una banca del campus y empecé a llorar, era mucha presión en mi, necesito aclararme, un chico se me acercó y me pregunto la hora.

-Son las…- sentí que una bolsa de basura cubría mi cara, ahogándome hasta dejarme inconsciente.

(...)

Desperté de apoco y me sentía asquerosa, sentía que mi maquillaje estaba corrido, había una fuerte luz aturdiendo mi vista y mejoré la visión parpadeando, vi como un chico alto que no podía reconocer estaba jugando con un cuchillo mirándome atento, la sombra lo cubría, no podía identificarlo, mi corazón empezó a palpitar fuerte, me sentía drogada, el se acercó a mi con paso seguro tomando mi mandíbula fuertemente.

-Has sido una niña mala, ¿no?, Jade- río esa profunda voz, el chico tenía el pelo negro, pero a causa de la droga, no podía hacer nada, estaba como dormida pero despierta.

Balbucee, trate de decir “¿Qué?”, creo que él me entendió y saco otra risa sexy, recordé que estaba aún en pijama.

-Bueno, en está sesión chicos- el chico miraba hacia una computadora, sonaban sonidos metálicos, como herramientas –Una preciosa chica nos acompaña, se llama Jade, ¿no es linda?- río otra vez –Vamos espero sus apuestas para ver quién da más por cada tortura- sonrío hacia la cámara y no podía creer esto, ¿en un campus un estúpido asesino de mujeres acá?, claro, es perfecto, chicos por montón, en la nada, dinero fácil.

Sentí un fuerte golpe en mi mandíbula que me hizo escupir sangre, la sala era oscura, solo podía ver que yo era lo iluminado, sentí una luz encenderse, vi a mi costado y era Leyla.

-Sorpresa chicos, dos chicas está noche de apuestas- vi como tocaba a Leyla de forma depravada, el chico era de nuestra edad, empecé a llorar, prefiero que me hagan daño a mí en ves de Leyla, Leyla estaba lo suficiente drogada como yo, aún no despertaba, me ardía mi pómulo por el golpe, estábamos atadas de manos y pies, traté de zafarme y el río –No conseguirás nada, sólo hacerte más daño- vi una perfecta y diabólica sonrisa blanca en la oscuridad y era verdad, sentía como mis manos y pies me ardían por la atadura, Leyla estaba despertando.

 La miré con pena y ella me miró confundida y después entendió, empezó a llorar como yo y el sacó un cuchillo gris con mango negro bastante largo y afilado, vio la computadora encendida y me miró con deseo.

-100.000 dólares por un dedo cariño- empecé a llorar con más fuerza, me tapo la boca atragantándome con un pañuelo y grité lo más fuerte que pude pero era inútil, el paño reprimía mi grito, vi como se acercaba a mí y después a Leyla, como si estuviera indeciso, volvió a mirar la pantalla y sonrío riéndose gravemente –Me piden vestimenta por 50 dólares cariños- nos toco los muslos de forma perversa y se fue a un armario de la habitación.

No quiero morir así.

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DISCULPEN LA DEMORA :-(, LO SIENTO TANTO.

pero últimamente no me he sentido nada bien y cuando uno no se siente bien, no le dan ganas de hacer nada, además con el colegio es todo muy raro y asqueroso, pero aquí está, por el momento no podré hacer maratón hasta que aclare mis ideas, gracias por leer y votar, las amo♡.

«Psychopaths guys» {EvanPeters}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora