6 Maratón 3/5

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~Yoongi~

Una nueva mañana, y me sentía más viejo de lo que nunca había sido.

Cada parte de mí dolía.

Dejé a _____ en el cementerio, no tuve otra opción.

Pero cuando no regresó después del anochecer, volví por ella.

Se había sentado bajo la luna creciente, los brazos firmemente envueltos alrededor de su estómago como si detuviese cualquier calor corporal escaso que tenía desde el escape. Su piel blanca brillaba en la oscuridad, grabada en la sombra, haciéndola parecer parte espectro, parte mujer.

Esperé en la oscuridad, oculto cerca de los árboles. Esperé a que o se quedara dormida o se preocupara hasta la inconsciencia. Quería envolverla en calor y llevarla de regreso a sus aposentos donde pudiera encontrar algo parecido a vivir... conmigo.

Quería besar sus labios fríos y pasar mis dedos por sus brazos helados. Quería ser calor para ella y olvidar todas las nociones de ser un glaciar.

Pero poderosas oleadas de odio y repulsión se movieron de su delicada silueta, envolviéndose a través de los árboles y alrededor de mis tobillos. Por más que quisiera ir con ella, no podía.

Por la misma razón por la que necesitaba ver a Jasmine tan frecuentemente.

Por la misma maldición con la que había vivido toda mi vida.

Así que, esperé.

Me sacrifiqué al sentir su dolor.

Compartí el frío con ella.

Esperaba que sintiera mi presencia y le ofreciera un poco de comodidad.

Y cuando finalmente se retiró al Hall, la seguí discretamente. Siguiéndola a cada paso, determinado a que no me viera.

No fue hasta que se tambaleó de su cuarto de baño en una nube de vapor y llevando una toalla que dejé el centro de seguridad y las cámaras continuamente grabando y regresé a mis aposentos.

Mientras me encontraba acostado mirando mi techo, pensando en lo desastrosa que mi vida se volvió desde que le envié un mensaje hace más de dos meses, sentí otra agitación dentro de mi corazón roto.

Una que me dio un pequeño destello de esperanza de que podría haber alguna forma de salvar esta pesadilla.

Por primera vez en mi vida, quería hablar con alguien. Confesar totalmente. Y no solo a mi hermana.

Quería confesar y divulgar todo a mi peor enemigo. A la mujer que quería, pero nunca podría tener.

Si bajaba esa cornisa y daba un salto de fe, no tenía ninguna duda de que terminaría muerto cuando cayera. Pero había dejado demasiado tiempo de arreglarme y ya no tenía control sobre mis impulsos.

Me arrepentiría.

Mierda, ya lo hacía.

Pero no podía detenerme.

Con un corazón acelerado, le envié un mensaje con la primera pizca de verdad.

Comencé el viaje que me pulverizaría.

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Endeudado: Segunda Deuda//MYG Y TÚ//+18 [TERMINADA T3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora