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¿Qué demonios está pasando?

Desde que me arrastré fuera de la cama después de ver las tumbas de mis antepasados, me sentía diferente. Distante, fría. Para ser honesta, no me reconocía a mí misma.

Intenté trabajar, para ahogar mis pensamientos con patrones y costura, pero no podía dejar de pensar en el pasado. ¿Cómo salían adelante las otras mujeres Weaver? ¿Cómo justificaban su cautiverio y pagaban las deudas en su totalidad?

En un mes, hice más progresos con Yoongi de lo que esperaba, sin embargo, ahora no quería tener nada que ver con él. Mentí cuando le dije que sólo había dormido con él para demostrar que tenía alma. Me mentí a mí misma, con la esperanza de creerlo. Pero nada podría influir en la verdad u ocultar la hormigueante conexión que nos mantenía juntos para bien o para mal.

Por mucho que lo necesitara a mi lado, no podía concordar con lo que su familia hizo.

Su mensaje seguía repitiéndose en mi cabeza; las palabras no tenían ningún sentido, pero de alguna manera sostenían una promesa de entendimiento si sólo le daba tiempo para desentrañarse.

De alguna manera, tenía que hacer lo imposible para pretender que me importaba a la vez que lo odiaba profundamente. Era más fácil decirlo que hacerlo cuando estaba cara a cara con la evidencia de los crímenes de su familia.

Ver las tumbas de mis antepasados me dolió profundamente, me aterrorizó sobre mi futuro, pero peor que eso, me mostró en quién me había convertido.

Era una desertora. Una traidora al nombre Weaver.

¿Cómo manejaría mi corazón en una batalla que no ganaría? ¿Y cómo podría pasar por alto el hecho de que al permitir que Yoongi entrara en mi cama, lo dejé convertirme en una Min?

Cut tiró con fuerza de mi cabello, alejando mi atención de mi situación actual. Su aliento bañado en alcohol envió un fuerte olor a mis pulmones mientras mi cuero cabelludo quemaba por su agarre. —Las marcas de las deudas deben hacerse. Elije un lugar. Rápido, querida.

Me retorcí en el sofá negro. Cut envolvió sus dedos profundamente en mi cabello, destellando un dolor peor. —No entiendo lo que quieres.

No tenía ni idea de lo que hablaban o lo que esperaban. Al estar rodeada por cuatro hombres, todos a los cuales despreciaba, me habría dado un ataque al corazón cuando llegué por primera vez. Ahora me encontraba profundamente dentro mí misma.

Incluso el vértigo había perdido su poder sobre mí. Me tropecé un poco cuando Yoongi me arrastró por las escaleras, pero no lo notó. Si Vaughn me viera de nuevo, no me reconocería.

Jimin tocó la caja, sus contenidos protegidos por una tapa grabada con aves de rapiña y el escudo de armas familiar de los Min. —No tengo todo el día, Weaver. Escoge.

Intenté negar con la cabeza, pero los dedos de Cut agarraron mi cráneo, manteniéndome prisionera.

—¿Escoger qué? No tengo ni idea de lo que estás diciendo.

Yoongi se tensó, su cuerpo apretado e inflexible. —Pagaste la Primera Deuda. Una marca debe ser hecha para reconocer ese hecho. —Sus ojos negros se posaron en los míos y por primera vez desde que le pedí besarme, no sucumbí a una agitación o cosquilleo. Me equivoqué demasiadas veces esta mañana. Cuando me besó antes, derramó tanta pasión por mi garganta que no pude dejar de responder.

Me hizo odiarme a mí misma.

No podía negar que lo apreciaba de mi lado. Era mi única salvación contra su padre y su hermano menor. Pero me negué a dejar que me manipulara.

Endeudado: Segunda Deuda//MYG Y TÚ//+18 [TERMINADA T3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora