IV

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[13/04/16]

Conforme avanza el tiempo me doy cuenta y me resigno a que no podré arreglar las cosas con el chico.

     He estado dejándole zumos encima del piano, es mi manera de disculparme y estar bien con él. No sé si se los toma o no, nunca he visto una caja vacía en la basura, así que mientras regresaba del trabajo pensé en cambiar los jugos por paletas de miel, tal vez así cambiaría algo. Supongo.

     Dejé la paleta encima del piano. Me fuí a mi cuarto y me recosté en mi cama. El trabajo me había dejado muerta, me había tocado lidiar con una bola de chicos borrachos que me invitaban a salir con ellos, y no sólo eso, también me había topado con una señora con los valores de una mosca, como cuando éstas se paran en tu comida sin pedirte permiso, aunque ahora que lo pienso, es demasiado cruel comparar a una pobre mosca con esa señora.

    Volteé al percatarme de que una silueta había pasado por mi puerta; probablemente el chico acababa de llegar y no me había dado cuenta por estar pensando en moscas.

     Ignoré por completo la situacion, cerré la puerta y agarré mi guitarra. Empecé a tocar mis canciones favoritas, las cuales muchos de mis amigos decían que eran "canciones tristes" aunque yo no lo veo de esa forma, no porque una canción sea tranquila y tenga mucho sentimiento en las notas significa que sea triste o de amor y no porque una canción sea muy movida significa que sea feliz.

[•••]

[17/04/16]

     Salí de mi habitación, hoy era Domingo, día de descanso. Esto es lo mejor que le puede pasar a una chica de veinte años de edad y a cualquier adulto.

     Me dirigí a la cocina y cuando entré a ésta, ví al chico lavando sus platos. Me salí inmediatamente y segundos después me asomé para confirmar mi visión anterior. Me quedé observándolo y cada vez que volteaba me escondía, parecía niña pequeña, pero no puedo hacer nada al respecto.
¿Qué tal si me mata?

—¿Podrías dejar de espiarme?— soltó.

¿Me vió?... ¿Sí?... Creo que sí... ¿Salgo?... ¿Tengo que salir?... Aghh.

     Me quedé sin palabras, ni siquiera estaba asomada en ese momento. Me asomé un poco para ver si seguía ahí y quedé a menos de cinco centímetros de él. Lo empecé a analizar lentamente, observé cada pequeño detalle de su cara, cabello y aretes, ahora no parecía tan malo como creía que era, es más, hasta podría decir que es lindo.

Aww, ¡Sus ojos son muy chiquitos que lindo!

—¿Qué haces?— preguntó.

—Ehh.. Y-yo...— tartamudeé.

Observaba tu hermosa cara ¿Algún problema?

—Escucha.— dijo colocándose enfrente de mí y acorralandome contra la pared, ambos brazos estaban apoyados en la pared, impidiendo cualquier ruta de escape, lo cual hizo que mi mente recordara todos los doramas que había visto y que me faltaban por ver, sobre todo "The Heirs" y "Boys Over Flowers".

     Su mirada era seria y sin expresión alguna, se podría decir que su mente era todo un enigma. Literalmente después de despertar y de que él violara mi espacio personal, me dí cuenta de que me estaba observando de arriba a abajo... otra vez.

—Ehh...— mucité.

—Lamento... No haberme presentado.— mencionó. —Soy Min Yoon Gi.— habló. —Tú eres Eun Yeong, ¿Cierto?— preguntó y yo asentí. Empezó a buscar algo en la bolsa de su pantalón y si darse cuenta se acercó más a mí.

¡Te va a violar! Es tu momento Eun Yeong ¡Huye! ¡Huye!

     Sacó la paleta que le había dado ayer, la empezó a desenvolver y me apuntó con ella.

No se atrevan mejillas, no se atrevan.

—Gracias.— dijo metiendosela a la boca, yo sólo asentí, me había puesto totalmente roja. Me volvió a examinar y se dirigió a su cuarto, dejándome libre pero congelada.

     Cuando despareció por completo de mi vista, mis piernas fallaron, después de tanto soportar su presencia rompiendo mi espacio personal, me recargué en la pared y caí al suelo.

     No tenía ni idea de que acababa de pasar, teníamos tres semanas viviendo juntos y hasta ahora había decidido presentarse.

Siy Min Yiin Gi.

First Love | M.Y.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora