First Love | M.Y.G

V

[24/04/16]

El día pasaba y pasaba, la tienda estaba vacía y lo único que me entretenía era ver el reloj. Faltaba una hora para irme. Lo único bueno de trabajar en el 7eleven es que podía estar en el turno matutino o vespertino, y por suerte hoy me tocaba el matutino. 

     Estaba demasiado aburrida, hasta que una chica de cabello oscuro y corto entró con una mochila y una gorra negra. Era muy linda, pero parecía nerviosa y enojada por alguna razón. Después entró un chico de cabello claro, bastante guapo para ser sincera. Perdí a la chica de vista y me puse nerviosa, la gerente me había advertido que nunca me distrajera, ya que en esta zona robaban mucho.

     Después de unos minutos vi a ambos en el mismo pasillo, el chico tenía la mochila de la chica y la chica se había salido enojada.

Tal vez son novios...

—Ésto y todo lo que hay en la mochila, por favor.— dijo poniendo la mochila y un jugo en el mostrador. Le cobré y le di su cambio. Éste salió de la tienda y le entrego su mochila a la chica, la cual se la arrebato de las manos y se fue enojada.

—Whah, que mala.— dije en voz baja. —Yo me hubiera casado.— dije y reí ante mi comentario.

Quién lo diría, en este lugar hay chicos guapos...

     Vi algo en el mostrador y supuse que sería del chico, salí de la tienda y por suerte el estaba sentado en una de las mesas tomando su jugo.

—Creo que ésto es tuyo.— dije llamando su atención y dándole esa especie de llavero.

—Oh, gracias.— dijo y sonrió mientras tomaba el llavero.

     Oh dios mío, su sonrisa era súper linda, tenía una especie de forma de corazón y se veía muy lindo. Asentí y regrese a mi puesto, en menos de cinco minutos la chica del otro turno llegó. Se me había pasado el tiempo súper rápido y no me había dado cuenta. Me cambié y salí de la tienda, volteé y el chico seguía ahí.

—Ah...— dije llamando su atención mientras tocaba su hombro. —Quería agradecerte por evitar que esa chica, ya sabes se llevará todo eso. No me había dado cuenta.— dije y él asintió. Me quedé observándolo hasta que recordé. —Ah, te compré un ramen como agradecimiento, si no hubiera sido por ti me hubieran descontado todo eso del sueldo.— dije y le dí el ramen.

—Gracias.— dijo, asentí y me fui.