No tenéis un hogar

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Pasaron un par de días descansando en Rivendel y en ese tiempo la amistad entre los enanos y el hobbit se estrechó mucho. Thorin se comportaba de una manera un poco más amable con el hobbit, en especial si estaban solos, pero eso duro poco. Tras su partida de Rivendel, Thorin se apartó bastante de Bilbo, no quería distracciones y notaba que el hobbit comenzaba a distraerle. ¿Y cómo no hacerlo? Esa simpatía e inocencia que poseía cautivaba a cualquiera.

Pasaron los meses mientras seguían su camino y llegaron a unas montañas, donde tendrían que esperar a Gandalf, ya que este había vuelto a marcharse. Escalaron por ellas con una gran tormenta, mientras unos gigantes de piedra se lanzaban rocas. Resulto que se encontraban encima de un gigante de piedra y cuando este se movió, separo a la compañía. El gigante se estrelló contra la montaña y cayo al abismo, asustando mucho a los enanos que quedaban en la montaña, por suerte lograron saltar a la montaña, o casi todos. Bilbo se quedó colgando del precipicio y los enanos intentaron volver a subirle. Thorin sintió un miedo atroz al ver a Bilbo allí colgado, así que se colgó del precipicio y lo subió, lo cual hizo que casi se cayera él. Por suerte Dwalin lo atrapo justo a tiempo.

- Por poco perdemos al saqueador – dijo Dwalin.

- Lleva perdido desde que salió de su casa, no debería haber venido. No sé qué hace aquí.

Encontraron una cueva y decidieron acampar allí para poder descansar. Bilbo se sentía fatal por lo que había pasado, por su culpa Thorin casi muere. Se sentía inútil. Thorin tenía razón, no pintaba nada allí.

Bilbo y Thorin se mantuvieron muy apartados uno del otro y eso no pasó desapercibido para nadie, en especial para Fili y Kili.

- Parece que hemos retrocedido en el plan – dijo Kili.

- Sabíamos que no sería fácil.

- Lo sé, pero creí que estábamos avanzando, que irían hacia delante, no hacia atrás.

- Recuerda lo que dijo mamá, el amor es algo que el tío Thorin siempre ha esquivado.

- Hasta que aparezca esa persona especial. Eso fue lo que dijo.

- ¿Y crees que Bilbo lo es, o quieres que lo sea?

- Ambas. Bilbo es una buena persona y sé que Thorin sería muy feliz con él.

- Sí, tienes razón. Pero ahora mismo no se ni que pensar, puede que Bilbo no sea esa persona.

- Ya se nos ocurrirá algo, el caso es que se nos ocurra antes de que Bilbo se vaya. Hay que conseguir que quiera quedarse en Erebor con nosotros.

- Y que Thorin quiera que se quede.

Kili bufo.

- Esto va a ser difícil.

- Sí. Anda, vamos a dormir, estoy cansado. Buenas noches.

- Buenas noches.

Aquella noche ni Bilbo ni Thorin pudieron dormir, no dejaban de pensar en todo lo que había pasado. Thorin sintió miedo al ver a Bilbo al borde del precipicio, no lo pensó dos veces a la hora de rescatarlo. Ya habían pasado meses desde que se conocieron y el corazón de Thorin palpitaba cada vez más fuerte por el hobbit, no sabía ni como había pasado, pero le gustaba aquel hobbit. Thorin se maldecía internamente por sentir aquello, solo complicaría más las cosas y bastante complicada era su vida ya.

Bilbo se la paso dando vueltas en el suelo, hasta que se hartó y se levantó. Tomo su espada y se quedó mirándola, dándole vueltas a todo lo que había pasado hasta que Bofur, que se encontraba haciendo guardia, lo llamo.

- ¿Estás bien? - le pregunto cuando Bilbo se acero a él.

- No podría decir que sí.

- ¿Qué te ocurre?

- Ocurre que Thorin tiene razón, no pinto nada aquí, ando perdido, yo... Debería volver a casa.

- ¿Qué? No, no puedes dar vuelta atrás ahora. Eres de la compañía, uno de nosotros.

- ¿Lo crees de verdad? Thorin tiene razón, aquí ando perdido – Thorin, que se encontraba despierto, abrió los ojos – No soy un Tuk, soy un Bolsón. No sé en que estaría pensando. No debí salir de casa.

Thorin escuchaba la conversación muy atento, y comenzó a sentirse mal. Se sentía culpable por lo que le había dicho a Bilbo, en verdad no quería que se fuera.

- La echas de menos, lo entiendo – contesto Bofur a Bilbo.

- No, no lo entiendes. ¿Qué vas a entender? No lo entiendes ni tú, ni el resto. Sois enanos, estáis acostumbrados a esta vida, sin parar en ningún sitio, sin tener hogar propio – al ver la expresión triste de Bofur, Bilbo se percató de sus horribles palabras – Oye, lo siento, yo...

- Tienes razón... No tenemos un hogar propio. Si decides irte, te deseo toda la suerte del mundo, de corazón.

Thorin se sintió fatal por aquellas palabras, pero le hicieron volver a la realidad. Necesitaban un hogar, tenían que recuperar el hogar que les fue arrebatado y no podía tener distracciones.

- Oye, ¿qué es eso? - pregunto Bofur a Bilbo de repente. Su espada estaba brillando.

El suelo comenzó a agrietarse y Thorin se incorporó de golpe.

- ¡Despertar! - grito antes de que todos cayeran a una cueva subterránea llena de trasgos.

Los trasgos apresaron a los enanos y los llevaron hasta su rey, por suerte fueron rescatados por Gandalf, quien como de costumbre llego justo a tiempo.

Bilbo se escabullo cuando los trasgos los apresaron, pero uno le ataco y cayo mucho más abajo en una cueva. Allí se topó con una criatura llamada Gollum y encontró un anillo que hacía que se volviera invisible cuando se lo ponía. Bilbo consiguió salir de allí gracias al anillo y en el bosque encontró a los enanos, que habían escapado gracias a Gandalf. Los enanos estaban tan concentrados en salir de allí que no se dieron cuenta de que Bilbo no estaba, hasta que Gandalf pregunto por él.

- ¿Y Bilbo? - pregunto Gandalf - ¿Dónde está el hobbit? ¡¿Dónde está nuestro hobbit?!

- Maldito mediano, ahora le hemos perdido – dijo Dwalin, molesto.

- ¿Qué paso exactamente? - pregunto Gandalf, agobiado.

- Yo sé lo que paso, el Sr. Bolsón vio la ocasión y no la dejo pasar. No ha dejado de pensar en su mullida cama, ni en su cálido hogar desde que salió por la puerta – dijo Thorin, molesto – No volveremos a ver a nuestro hobbit. Ya andará muy lejos.

Fili y Kili se miraron decepcionados, tanto por la partida de Bilbo, como por la actitud de su tío. Se habían equivocado, Bilbo no era la persona para él.

- No, no tanto – dijo Bilbo saliendo de la nada.

Muchos miraron a Bilbo sorprendidos, y otros aliviados y felices de que estuviera allí. Estaba bien y además no les había abandonado.

- Bilbo Bolsón, nunca me había alegrado tanto de ver a alguien – dijo Gandalf, muy contento.

- Bilbo, ya no esperábamos verte – dijo Kili muy feliz.

- ¿Cómo caray has sorteado a los trasgos? - le pregunto Fili.

- Eso digo yo – dijo Dwalin.

- ¿Y qué importa eso ahora? Ha vuelto – contesto Gandalf.

- Sí que importa. Quiero saberlo – dijo Thorin – ¿Por qué has vuelto?

- Se que dudas de mí, sé que siempre has dudado. Y es cierto, a menudo pienso en mi tierra. Pienso en mis libros, en mi sillón, mi jardín... Soy de Bolsón Cerrado, es mi hogar – dijo mirando fijamente a Thorin – Por eso he vuelto, porque vosotros no tenéis un hogar, os lo arrebataron. Pero espero ayudaros a recuperarlo.

Aquellas palabras derrumbaron por completo las murallas que Thorin había construido alrededor de su corazón y el hobbit entro como si nada. Bilbo se preocupaba por ellos, no tenía porque, pero lo hacía. En aquel momento el corazón de escudo de roble fue robado completamente por el hobbit y a partir de ese día seria suyo para siempre. 

Amor en la tierra media (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora