Capítulo 7

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Entramos al bar de mala muerte y las luces neón chocan contra mis ojos provocando que pestañee varias veces consecutivas. El olor a alcohol y sudor es evidente, al mirar a mi alrededor puedo percatarme del montón de personas que hay aquí dentro. Camino por un pequeño pasillo tratando de evadir a las chicas que tratan de colgarse de mi cuello, las empujo lentamente y acelero mis pasos. El lugar es realmente asqueroso, pero eso no les importa a los chicos sin ID que quieren tener una noche loca en algún antro.

—Sí que esto está repleto de personas —afirma Leslie con expresión de desagrado.

—Me apetece buscar una cría para pasar un buen rato, lástima que tenemos trabajo —dice Jace

Ammy rueda los ojos y Ray suelta una carcajada.

—Eres un cerdo asqueroso, Jace —le reprocha Ammy.

—Avancen y dejen de demostrar lo mucho que se gustan —ordena Cristian.

Los acusados resoplan y le lanzan una mirada de odio a Cristian; en unos segundos llegamos frente a la puerta del despacho de Morelli, abro la puerta sin previo aviso y me encuentro con una escena bastante desagradable. El hombre se está revolcando con una chica muy joven a mi parecer, le calculo unos 17 años. Ambos están totalmente desnudos y al escuchar el sonido de la puerta se paralizan.

—Te doy cinco segundos para que te vistas y salgas de aquí —le ordeno a la chica con un tono severo.

La adolescente sale corriendo del cuarto con la ropa en sus manos y una expresión de temor y Morelli me mira asustado.

—Hola, querido amigo —le digo en tono burlón —. Tratamos de comunicarnos contigo, pero sí que es imposible.

—Aaron, ¿Qué no ves que estaba muy ocupado el hombre? —interviene Ammy—. Estaba fornicando con una niñita —concluye.

Todos reímos, menos Morelli que se ha quedado plasmado. Me siento en un sillón muy viejo que hay en el cuarto y me cruzo de brazos. Cuento tres segundos y al terminar entran dos de sus hombres.

—Vaya que son predecibles —digo riendo.

Antes de que puedan actuar, Ammy y Jace les disparan a ambos en la cabeza.

—No hay necesidad de llegar a esto, Aaron. Puedo pagarte ahora mismo —lloriquea Morelli.

Se levanta rápidamente y se dirige a su caja fuerte, con sus manos temblorosas saca un maletín y lo pone sobre la mesa. Leslie y Ray se acercan al maletín y lo abren, dentro de él hay una gran cantidad de dinero, posiblemente pueda saldar su deuda conmigo.

—Cuenten el dinero —les ordeno a los chicos.

Ellos asienten e inmediatamente empiezan a sacarlo del maletín. Pasan unos minutos, en el cual Morelli no se mueve de su lugar, está aterrado y sabe que no puede llamar a sus hombres porque todo se descontrolará y el más afectado será él.

—Está completo —dice finalmente Ammy.

—Se los dije, por favor váyanse y olvidemos esto —ruega Morelli.

—¿En serio crees que con el dinero basta, hijo de puta? —Me carcajeo.

—Tomen el dinero. Nos vamos de este mugroso lugar. —acto seguido camino en dirección a la puerta.

Noto como la expresión de Morelli cambia a una más relajada y rio internamente, pobre imbécil, piensa que ya todo acabó. Le hago señas a los chicos para que salgan del despacho y antes de cerrar la puerta tomo mi pistola en manos y le pego dos disparos en el pecho.

—Lo siento, tenía que cobrar los intereses —le digo al cuerpo ya muerto del italiano.

Narra Madison.

Mi Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora