Capítulo 4

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Siento que acarician mi pelo y entre sueños me acomodo más en mi cama, pero hay algo distinto, la siento más dura de lo normal. Trato de moverme, pero algo me lo impide, así que me veo obligada a abrir los ojos.

— ¡Ahhhh! —grito cuando veo a Aaron a mi lado con una tonta sonrisa en los labios.

Me incorporo en la cama y lo miro con cara de pocos amigos, no es justo que cada vez que se le plazca él entre a mi habitación sin mi permiso, porque no es la primera vez que lo hace.

—Tranquila, fiera. Solo quiero asegurarme de que saldrás conmigo.

Recuerdo lo que pasó ayer y el estómago se me revuelve de tan solo pensar que saldré con el degenerado que tengo en frente.

—Sí, saldré contigo. Solo espero que me dejes en paz. ¡Me perturbas! —digo casi gritando.

Él ríe con ironía y niega con la cabeza.

—Sé que serás tú la que no me dejarás en paz a mí, soy irresistible.

— ¡Eres un asesino!

—Uno muy sexy —dice riendo y yo ruedo los ojos ante su falta de seriedad.

—Vete, mis padres se darán cuenta de que hay alguien en mi habitación y vendrán.

Noto como su semblante relajado se endurece y sus ojos se oscurecen.

—Adiós —dice caminando a la ventana y saliendo por ella. Se nota que lo  hace muy seguido.

Me quedo pensando en su cambio de actitud cuando le mencioné a mis padres, pero trato de no pensar más en él ni en nada relacionado a él.

Miro la hora en mi celular y ya es hora de levantarme, en una hora tengo que llegar a la universidad. Me levanto y hago lo rutinario, me visto con un Jean ajustado, una camisa de cuadros rojos y negros y unos tacones.

Me despido de mis padres y salgo rumbo a la universidad, pero cuando voy a subirme al auto noto que hay una nota en el parabrisas. Extrañada la tomo y cuando la leo mi corazón se acelera a un ritmo sorprendente.

"Alejate de ellos, son malos ¡Malos!"

¿A quién se refiere?, en dado caso debería alejarme de Aaron, pero en la nota menciona a más de uno. La pregunta es: ¿Quienes?

Me apoyo del auto y suspiro con pesadez, hace una semana mi vida no era tan complicada como ahora. Veo a mi madre salir de la casa y noto que me mira con extrañez.

— ¿Qué pasa, Madison? ¿Por qué no te has marchado? —pregunta.

No digo nada y le enseño la nota, ella la toma y la lee con rapidez, su semblante cambia y podría jurar que está conteniendo los nervios.

— ¿Quién te ha dado esto? —pregunta con la mirada pérdida.

—No lo sé, estaba en el parabrisas de mí auto.

Ella me mira con preocupación, pero luego sonríe; pero no es una sincera.

—Debe ser una broma de mal gusto —dice arrugando el papel y lanzándolo a bote de basura—. Ahora vete, se te hace tarde, hermosa.

La miro con desconfianza, pero termino cediendo. Me subo al auto y lo enciendo yendo rumbo a la universidad, solo espero no encontrarme con Aaron.

*****

— ¿Qué ha pasado? —pregunta Ammy.

Estamos sentadas en la cafetería de la universidad, ambas tenemos ésta hora libre.

Mi Demonio GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora