Capítulo 27:

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{Narra Lara}

Empecé a recuperar la conciencia. Mi cabeza me dolía a horrores? cómo si hubiera bebido 100.000 copas la noche anterior. Abrí mis ojos torpemente, ya que la sangre que goteaba de mi pelo, sería por el golpe, y el cansancio corrompieran todos mis sentidos. Miré a mi alrededor, las paredes blancas estaban cubiertas de sangre haciendo que mi cuerpo, atado torpemente a la silla, se tensara¿Dónde cojones estoy? ¿Iba a morir?

Forcejeé inútilmente para zafarme de las cuerdas, y miré al suelo derrotada.

Sólo quiero que todo esté bien… que esten bien… ¡Rubius!

¿Dónde estará? ¿Estará bien? Dios que no haya muerto, no me lo perdonaría…

Pensamientos oscuros inundaron mi mente haciendo que mis ojos se llenaran de lágrimas. Sin él simplemente, no podría vivir, Alexby esta muerto… y Rubius es lo único que me queda. Lágrimas de rabia y impotencia caían al suelo, haciendo que un leve sonido inrrumpiera, por unos segundos, el tétrico silencio de la sala. Hasta que el sonido de la puerta hizo que levantara mi mirada.

Mangel se apoyó en la puerta, llevaba una camisa negra y unos vaqueros del mismo color, su cuello estaba decorado con la pajarita oficial y sus manos cruzadas sujetaban un cuchillo, que bailaba al son de los giros que Mangel hacía. Miró alegre mis demacrados ojos y se enderezó para acercarse a mi lentamente. Mientras yo forzejeaba en vano y me tensaba cada vez más.

Este no viene con un cuchillo para jugar a las cocinitas.

Al cabo de pocos segundos, Mangel estaba a escasos metros de mí mirandome, simplemente eso. Sus ojos derrochaban furia que sabía que descargaría con ese cuchillo en mí, y sólo espero que sea rápido.

—¿Por qué lloras Lara? ¿Acaso la famosa espía tiene miedo? —preguntó divertido dando vueltas alrededor de la silla. Yo recuperé la compostura haciendo que mis ojos miraran fulminantemente a Mangel, el cual rió ante mi repentino cambio de expresión—. Creo que después de matar a todos tus amigos se te quitaran las ganas de ser una puta bipolas— palidecí al instante.

—¡Si quieres matar a alguien, mátame a mi! ¡Déjales en paz! —grité duramente, cerrando fuertemente .mis ojos para no dejar derramar ninguna lágrima por él, nunca. Mangel me miró divertido para reir bajo. Para levantar la mirada y ponerse delante mio.

—Eso es lo divertido. Quiero matarte por dentro, acabar con todo sentimiento que no sea el dolor. Quiero verte clamar piedad entre lágrimas mientras mato a cada uno de tus amigos delante tuyo, asesinando duramente a Rubén el último—se arrodilló frente a mi. Yo sólo le miraba asustada, dejando que una lágrima saliera de mi rostro inexpresivo. Mangel cogió mi mentón y con la punta del cuchillo, trazó el recorrido de la lágrima, haciendo que pareciera que llorara sangre—. Me aseguraré de que salgas destruida de aquí, Lara Collins.

Se levantó y, sin decir nada más. Salió por la puerta. Dejandome a mí llorando entre el dolor del ojo y el dolor de que matarían a todos, por mi culpa.

Por mi máldita culpa.

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{Narra Rubiuh}

Abrí mis ojos alarmado, ¿dónde cojones estoy? Intenté levantar mi mano para rascarme el pelo, pero estaba atado. ¡Sólo quiero rascarme joder! Haré huelga por los derechos de rascarse el pelo… Rubius, ahora en serio. Estas atrapado, tu novia puede estar muerta y tú preocupado por los derechos de rascarse el pelo. Agité mi cabeza para despejarme y pensar, por una vez en mi vida, cómo salir. Miré a todos los lados buscando alguna  pista pero, cómo siempre, tengo la suerte en el culo. Sólo había sangre, sangre y más sangre. Mis pelos se pusieron de punta, ¿voy a morir? ¡No quiero morir, todavia no me he pasado el beyond two soulds! ¡mami! Vale Rubius, fuera ser vagina. Hay que buscar una forma de salir.

Un chirrido tipo "película de miedo vas a morir shit" hizo que parara mi conversación conmigo mismo.

—¡Quién coño es! ¡Qué estoy mu'loco chaval! —grité saltando en la silla cómo sie estuviera loco. Hasta que una cabellera oscura apareció por la puerta.

—¡Calla! ¡No pueden saber que estoy aquí gilipollas! —me regañó entre susurroa posando un dedo en sus lábios.

—¡Laura! —susurré emocionado, hasta que me fije… lleva una pajarita roja—Eres… un lazo rojo—susurré, ella me miró asustada—¡Traidora D:<!

—¡Calla coño! —dijo dandome una bofetada. La mire impresionado—. Sí, soy una lazo rojo, pero estoy de los dos lados. Sois mis amigos y os ayudaré a los dos en esto—dijo desatando las cuerdas—. Ahora iremos a por Lara.

—Pero no puedo ir así—dije frotando las marcas de mis muñecas.

—Tengo un plan—susurró.

• {#1} Rubén y la búsqueda de los &quot;Lazo rojo&quot;•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora