Capítulo 19:

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{Narra _______}

Eran ya las 20:38 y no traían la comida. Me moría de hambre y me da que todos mis compañeros también. Me levanté y me puse a investigar la habitación. Las paredes eran grises, dandole un aspecto a cárcel. Se me erizó la piel. Miré los armarios de madera vieja y vi que en cada uno ponía su nombre con letras de metal.

El mío era el segundo, así que lo abrí. Había cinco pares de ropa cómo la que llevaba, cinco pares de camisetas grises y pantalones negros y cinco pares de camisones grises. Eran los pijamas más feos que había visto en mi vida. Aparte había dos pares de botas militares negras y un par de zapatillas para estar por aquí, también habían diez braguitas, calcetines y sostenedores grises. ¿Qué les dió con el gris?

Cogí la camiseta gris junto a sus respectivos pantalones, los calcetines y la ropa interior y dije que me iba a bañar, a lo que respondieron con un leve movimiento de cabeza.

Entre en la ducha y adivinad. ¡Todo era asolutamente gris!, la bañera, el váter, el lavamanos, las cortinas. Normal, estaban llenas de polvo. Las toallas.

Me quité mi ropa sucia de sangre y la tiré en el labamanos. La lavaría yo, no me gusta que laven mi ropa interior. Me quité los vendajes del muslo y  me metí en la ducha, la lluvia de agua caliente relajó mis músculos. Lavé mi pelo grasiento, la sangre y suciedad de mi cuerpo y mi herida, entre muecas de dolor, y salí de la ducha.Busqué el botiquín en el pequeño armario, también gris, y me desinfecté la herida y la vendé. Me vestí con la fea ropa y sequé y peiné mi corto pelo. Estaba feliz porque mi pelo crece rápido y lo tenía por los hombros.

Lavé mi ropa y la sequé con el secador de pelo (?). La doblé y salí del baño. Rubén me sonrió y se levantó de su sitio con ropa en el brazo.

—Es mi turno, llevas 10 minutos ahí, en tu cama esta la comida.

Sonreí alegre y le dí un beso corto. Guardé la ropa en el armario y fuí a mi cama.

En una bandeja blanca. Aleluya, algo de diferente color. Había dos platos, de primero había "pure de verduras",era un potingue verde que no tenía buena pinta, de segundo ensalada y de postre una tableta de chocolate…

Miré alarmada a Angela y Isa, quienes saltaban cómo si no hubiera un mañana cantando ''Shadows'' de Austin Mahone.

—¡Only my shadow knows how I feeling about you!

—¡Only my shadows go where I'm dream of you!

—¡Cómo no os calleis os pegaré! —cantó Alexby con el mismo ritmo.

Ellas pararon y empezaron a reir, que estas dos coman chocolate no es bueno.

Comí eso que llamaban "comida" y me levanté. Puse la bandeja sobre la mesilla de centro y fui hacia el escritorio. Me senté y encendí la cámara.

—Hola. Son las—miré mi reloj— 20:57 y me aburro. Rubén se esta bañando, Samuel riñe a Angela y Isa esta… —miré hacia atrás— Isa esta saltando sobre el pobre Alex. Pues… la verdad es que no soy de sentimientos, suelo ser muy fría. No sé de que hablar…  ¿de Rubius? Él suele estar siempre en mi cabeza. Recuerdo que a los 20 empezé a ver sus videos, me reía y no me perdía ninguno, en cierto modo, me ayudó a superar la muerte sin que lo supiera. Desde ese día me encariñaba cada vez más, todo de él me encantaba, y llegué a llorar porque nunca le vería. Hasta el 23 de marzo. Sí, recuerdo ese día. Ese día me salvó de morir, y aparte de agradecerselo con toda mi alma hizo que le amara más de lo que ya le amaba. Si soy sincera, sin él no seguiría viva. Desde la muerte de mis padres… me desmorroné, no comía ni bebía. Hasta que un día empezé a ver los videos de ese idiota… y me alegro de que sea mi idita, mi Ust. Que sea mio.

—Te amo _______.

Me giré sorprendida y pude ver a un Rubén sonriente con mi misma ropa. De hombre, claro. En frente mía.

—¿Desde cuando estas ahí? —pregunté.

—Desde el "Hola"—rió bajando la cabeza—.No sabía que mis videos te ayudaran.

—Me ayudaron, y mucho—me levanté y me puse frente a él—.Te amo idiota.

—Tu idiota—reímos—Yo también te amo muyaya—le besé la nariz—.Cada día más.

—¡Les dije que se consiguieran un motel! —gritó Samuel para recibir un coscorrón de parte de Angela.

Estos no aprenden.

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{Narra  el narrador }

Laura caminaba por los largos pasillos de la agencia, sabía que lo que hacía estaba mal, pero Mangel siempre fue su amor…

Llegó al despacho y llamó tres veces. La voz de su amado dijo que pasara y obedeció.

—¿Conseguiste infiltrarte? —preguntó sin girarse hacia delante.

—Si jefe.

—Espero que hagas lo que te he pedido.

—Cómo no…

• {#1} Rubén y la búsqueda de los "Lazo rojo"•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora