3. 𝕷𝖆 𝖕𝖑𝖆𝖓𝖆𝖉𝖆

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Daxter Ferro en multimedia

Capítulo 3 La planada

Stella Ferro

Bumbumbumbumbum.

Al final valió la pena. Después de dos horas y cuarto corriendo, una tiene que mantener su cuerpo, llego a mi lugar de calma.

Es un conjunto de pequeñas cascadas naturales dentro de un claro verdoso, lleno de vida, me inspira tranquilidad.

Se puede apreciar entre las enredaderas y las enormes plantas que me llegan hasta la mitad del muslo una construcción bastante antigua, demolida, donde solo quedan los cimientos y alguna que otra torre sin tejado. Me recuerda a una versión más vieja de la torre de Rapunzel.

Aquí es donde entreno.
Bueno realmente, mis habilidades desde luego no fueron adquiridas aquí, sino que en centros de entrenamiento intensivo, donde aprendí a utilizar casi todo tipo de armas, desde pistolas de alto calibre, rifles, navajillas, tiro de arco hasta grandes y pesadas hachas.

Gracias a mi constitución física, soy ágil y a la vez hábil, soy rápida a la par fuerte, por lo cual si me enfrento a un gigante musculado, los que abundan en las mafias mundiales, tengo una gran posibilidad de ganar la pelea, y si me enfrento a lo contrario, soy lo suficientemente lista e inteligente para saber utilizar mis técnicas.

A este hermoso lugar, no suelo venir frecuentemente, pero cuando lo hago, aprovecho para perfeccionar mis habilidades y luego darme un baño fresquito.
¿Para qué tener un piscina si puedes tener un lago con cascadas?

Lo he llamado La Planada, y nadie, excepto yo, sabe la existencia de este lugar. Ni siquiera Dax.

A exactamente 52 kilómetros se encuentra la mansión de nuestros padres, donde vivimos toda la familia.

Mis abuelos maternos Graziella y Franco, le regalaron a mi padre aquella de las tantas mansiones de los Ferro el día que relevó al abuelo en su imperio, ahora vivimos en ella mi madre, Lucrecia D'olivio, mi padre Luca Ferro, Daxter y yo, eso sin contar con el personal de limpieza y servicio.

Todo se siente muy lleno, hay tanta gente, que me agradezco a mí misma haber descubierto este lugar.

A veces me suelo sentir oprimida, mi máscara de profesionalidad, seriedad, seguridad, a veces incluso indiferencia, agota. Y mucho. En este sitio, todo deja de importarme.

En este sitio, soy Stella Ferro, una joven de 19 años que solo se preocupa por sus exámenes finales y qué ponerse a la mañana siguiente.

Huy, ahora que lo pienso creo que voy a ponerme la blusa azul que me regaló Dax por mi pasado cumple, todavía no la he estrenado.

Sigo corriendo mientas Stone Cold de Demi Lovato resuena en mis auriculares. Mis pulmones queman y cada vez me cuesta respirar más, pero eso no hace que me detenga.
Echaba de menos esto, también echo de menos algo de "diversión", la última vez me "divertí" fue hace tres semanas cuando le volé los sesos a un traidor ruso.
Estuvo más de mes y medio infiltrado en mi Mafia, tratando de encontrar información sobre los acuerdos entre Italia y Estados Unidos.

Lástima que lo tuve que matar, no sin antes jugar un poco, todavía recuerdo el sonido que hacían sus dedos al romperse y caer en ángulos extraños y sus afónicos y aterrados gritos que demostraban el poco placer que sentía respecto a mis maniobras.

Sete Di VendettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora