6. Capítulo.

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Clases en común.

Lucas estaba terminando de preparar su mochila, era domingo, nueve de la noche; no había terminado sus deberes por estar limpiando el desastre que había hecho en la cocina; pues su instinto aventurero le había dicho que  experimentara con algunas recetas que había encontrado casualmente en un canal de youtube.

Mala idea.

Terminó con su suéter lleno de masa, al igual que las paredes de la cocina. Su madre enloqueció al ver la batidora tirada en el suelo.

Completamente rota.

El suelo lleno de huevos que no había logrado vaciar en el recipiente.

El mesón cubierto por harina y azúcar.

Definitivamente, un desastre.

Él quería encontrar algo en lo que fuese un poco bueno, pero definitivamente la concina no lo era. Debía buscar otra opción.

Después de tomar una ducha para quitar cualquier rastro de mezcla para cupcakes, cepilló sus dientes y lavó su rostro con jabón líquido. Caminó hasta su cama y se lanzó sobre ésta.

No había hecho su proyecto de historia.

Poco le importó y cerró sus ojos para dejarse llevar por el cansancio que atacaba su cuerpo, hasta quedarse completamente dormido.

Nuevamente lunes, Lucas había despertado con cuarenta minutos de retraso, estaba enojado por despertarse tan tarde, era una mala mañana.

No tenía ánimo para nada.

Llegó al instituto a la segunda hora, tenía clase de gimnasia, genial, la mañana no podía empeorar.

O tal vez sí.

Estaba corriendo por los pasillos para lograr llegar a tiempo al gimnasio del instituto, hasta que la puerta de una de las aulas fue abierta, chocó con ésta y soltó los libros que llevaba en sus manos.

El golpe dio en su nariz, haciendo que se detenga y lleve las manos a ésta, tratando de disminuir el intenso dolor que invadía a aquella parte de su cuerpo.

La persona culpable de aquel acto, era Eliott.

Su mirada preocupada se posó en Lucas y corrió hasta él para ayudarlo un poco.

Después de todo, era el culpable, se sentía mal.

Sumamente mal.

— ¿Te golpeaste muy fuerte? — Cuestionó el más alto mientras quitaba las manos del oji azul para observar el pequeño golpe en su nariz, afortunadamente no fue tan grave.

—No, para nada, fue como la caricia de una pluma. — Respondió notablemente enojado.

Su mañana era una mierda.

—Lo siento, de verdad, no fue mi intención abrir la puerta justo cuando ibas pasando.— Murmuró mientras una sonrisa amenazaba con posarse en su rostro.

The sky in your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora