7. Capítulo.

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Agradable compañía.

Era viernes en la tarde, Lucas estaba sentado en su escritorio, un lápiz siendo sostenido en su mano izquierda, era surdo. Trataba de terminar sus ejercicios de física, pero justo ese tema no había logrado comprenderlo del todo.


Y estaba frustrado, realmente lo estaba.

Pasó sus manos por su rostro, el lápiz cayó en la mesa, necesitaba un descanso, necesitaba distraerse de cualquier cosa que lo hiciera enojar. Suspiró y observó las paredes de su habitación.

Recordó a Eliott, ellos habían intercambiado números la última vez que se vieron, cuando ambos se apuntaron en la clase extra.

A Lucas le agradaba su nuevo amigo, era interesante y lo hacía reír en cada momento; ¿por qué no escribirle un mensaje?

O mejor aún, ¿por qué no llamarle?

¿Estaría ocupado? ¿Y si se encontraba con su novia? ¿Sería un intenso si lo llegase a llamar?

No quería ser alguien molesto.

Múltiples dudas e inseguridades invadieron la mente del pequeño de ojos azules.

Divagó por unos minutos, debatiéndose entre si llamar a Eliott o simplemente quedarse en su sitio, terminando sus deberes como el chico responsable que era.

Mordió su labio inferior. Su mirada no se apartaba del número y de aquel nombre, Eliott.

Al carajo. Pensó.

Apretó el icono de llamada.

Cerró sus ojos tratando de relajarse, estaba armando un drama por algo tan simple como una llamada de amigos.

La llamada fue atendida al tercer timbre; escuchó una respiración agitada al otro lado de la línea.

Frunció su ceño, ¿se había equivocado de número?

Su duda fue rápidamente descartada al escuchar la voz del castaño.

—¿Lucas?— preguntó.

Era obvio que sabía de quien se trataba, pues hasta lo había agendado con un corazón azul.

—Sí, con él. ¿Estabas ocupado? perdón si interrumpí algo. — Su voz sonó un poco temblorosa, pues siempre le ponía nervioso el hecho de hablar por llamada.

Con cualquier persona, no solo con Eliott.

—No, para nada, solo estaba terminando de organizar la habitación. ¿Sucedió algo?— Eliott mentiría si dijiese que la llamada de Luca no le agradaba.

Estaba feliz, demasiado feliz.

Tanto que era imposible borrar la enorme sonrisa que había aparecido en su rostro y aquel brillo en sus orbes desde que escuchó la voz del pequeño oji azul.

Agradecía el hecho de que fuese imposible ver sus rostros por medio de una llamada teléfonica. Pues su emoción lo delataría.

—Es solo que... estaba algo aburrido. Más bien, estresado.— musitó en un susurro apenas audible para Eliott.— Y pensé en llamarte, ya sabes, para distraer mi mente, tu compañía me relaja. —Confesó.—

The sky in your eyes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora