Amaia miró a Javi que la miraba a su vez con los brazos cruzados sobre el pecho.
-¿Qué?.-Preguntó apurada, en unos minutos se vería con Leonardo, lo ayudaría a conseguir un trabajo decente y quizás algún sitio donde pudiera pasar unos días hasta que encontrara una casa donde la droga no fuese el desayuno del día.
La verdad es que él lo estaba intentando, pero había descubierto que seguía haciéndolo, seguía metiéndose esa porquería y la verdad es que mas que rabia le daba impotencia, el saber que él lo hacia por ese vacío que tenia en el pecho, y que ella intentaba llenar, aunque ya le había dejado claro que su relación era mas amistosa que otra cosa, él lo había entendido, y aunque le doliera tenerla cerca y no poder tocarla no quería perderla, así que se callaba su dolor.
-Encontré esto en tu habitación...-Amaia abrió los ojos, eran unos preservativos. Dios mío, ¿Por qué había tenido que dejarlos por ahí?, en realidad los había comprado por que Sara y ella pasaban por la farmacia y Sara le apostó que no se atrevía a comprarlos, Amaia por supuesto no dudó, pero luego los había guardado para un momento especial, pero ese momento no había llegado pues ella y Alfred habían tenido una no muy agradable discusión. Él no estaba de acuerdo con que ella pasara tanto tiempo con Leonardo, y por mas que ella le explicara que solo quería ayudarlo él se rehusaba a escucharla, pues que se jodiera, pensó Amaia. Nadie controlaba su vida.
-¿Por qué estás metiéndote con mi cosas?.-Le dijo llena de rabia por los recuerdos de aquella discusión con Alfred, hacia días que no se hablaban y eso le dolía, pero ella no iba a dar el primer paso, él era el que estaba siendo completamente egoísta.
-No estaba revisando nada...estaba buscando una coleta tuya para prestársela a Rocío y cuando abrí el cajón...-Amaia resopló.
-Eso se llama registrar.-Le dijo con un cabreo monumental.-Mira, Javi, ahora mismo no tengo tiempo para hablarte mi vida sexual, y si tanto te interesa pues a ver si con esto te quedas tranquilo: aun soy virgen...¿vale?, así que puedes dormir en paz.-Javi frunció el ceño por la crudeza de aquella respuesta.
-¿Entonces que hacia esto en tu habitación?.
-Eso no es tu problema y deja de meter las narices donde no te importa. Si tengo eso en mi habitación es porque me sale de...-Suspiró.-La caja está cerrada ¿no?, pues entonces no los he usado, ahí están bien guardaditos.-Cogió el bolso.
-Amaia no sé que te pasa últimamente pero ya casi no te reconozco.-Ella lo miró sin demasiada paciencia. Lo único que quería era un poco de compresión, y últimamente tanto su hermano como Alfred la estaban juzgando constantemente, eso la ponía al borde.
-Me pasa que estoy cansada de que se metan en mi vida, estoy grande ya ¿sabes?.
-Nadie ha dicho que no, pero Amaia, escúchame...ese chico...-Ella hizo una mueca como si hubiese escuchado eso un millón de veces.
-Y dale con el temita...-Dijo irónica.-Que coñazo sois de verdad. Leonardo es una persona que esta pasando por un mal momento, y yo no lo voy a dejar tirado porque le quiero, igual que te quiero a ti e igual que quiero a Alfred...-Decir lo ultimo le dolió, le dolía tanto lo que pasaba ahora entre Alfred y ella, estar separados era aun peor que cualquier cosa.-Si vosotros estuvierais en esa situación yo os ayudaría, porque les quiero.-Javi vio que Amaia ablandaba el gesto. Pero él no ablandaría nada, no le gustaba que Amaia estuviera con ese chico, no después de enterarse de que era cocainómano y mucho menos luego de encontrar esa caja de preservativos en su habitación.
-Amaia, tiene que entendernos, puede llevarte a cosas que...
-Por dios Javi, no soy una cría, se lo que es bueno y lo que no, y no me voy a convertir en una drogata por querer ayudar a Leo, dejad de ser tan egoístas por dios.