Impactado. Me quedo por varios segundos viendo a las dos estatuillas escupiendo agua en la fuente, hacen un lindo sonido. Polly nos ha estado hablando acerca de modales y otras cosas a las que no les he prestado atención... Nada de atención. Miro a mi alrededor y no puedo ver ni una mota de polvo más que las que vienen de mí y todavía siento los trozos de acerrìn en mis bolsillos. Me gusta.
La voz de Polly llamándome a la mesa llega a mis oidos de manera muy lejana, como si de un susurro de tratara. Estoy muy concentrado pasando el acerrín entre mis dedos.
Mike... - la voz de Polly, esta vez, logra sacarme de mi momento de iluminación- Ven, está servido.
Aquello es algo que jamás imaginaría ni en sueños. Dos metros de mesa, de roble, por lo que veo, cubierta de punta a punta por todo tipo de manjares y extravagancias. No sé si sentirme bien o mal al respecto.
- Me gustan los cerdos. - Digo en voz muy baja.
Aunque se podría decir que pronto moriré y debería comer como nunca en mi vida ahora que puedo, la verdad, no tengo hambre. Después de comer un trozo de cerdo bañado con un extraño sirope que creo es de cerezas y una hogaza de pan, aparto mi plato y solo me reclino a ver si hay alguien dispuesto a sacar un tema de conversación. No demora mucho.
-Disculpen mi ignorancia, muchachos, pero me inquieta no saber sus edades - Dice Polly luego de haber doblado su servilleta unas 4 veces.
-Tengo 16 Polly. En una semana cumplo los 17 - Eleaena se dirige a Polly luego de haber usado su servilleta.
-18, tengo 18. - Respondo.
Polly se apodera de la mesa contándonos acerca de sus anécdotas y dándonos apoyo. No sirve de mucho. Hablo por bastante tiempo con Polly y Blight, parecen bastante maduros, considerando el ambiente del que estoy rodeado. Eleaena permanece callada.
Blight se levanta sosteniendo una copa.
¿No quieres fresas con crema? - se dirige a Eleaena, supongo que quiere romper el hielo que ha impuesto por varios minutos- En mi pueblo nos gustaba mucho, imagino que a ti y a Mike también.
Eleaena acepta y yo rechazo, en serio, no quiero comer más.
Me despido de Polly y Blight.
Miro lo poco que me queda por ver del lugar mientras camino hacia mi habitación. Eleaena se atraviesa en el marco de mi puerta. No sé qué quiere pero creo que me hace un diagnóstico visual; me mira los brazos y supongo que mi altura. De seguro busca puntos débiles la muy cabrona.
- Hay que sacarle provecho a Blight - Dice desviando la mirada. Mas no lo hace de manera tímida. - Yo sé que tú estás más apegado... de alguna forma, imagino porque son hombres o algo. Él sabe de batalla, lo que hay que hacer en el desfile, y cómo vivir más de dos días. Nos dirá lo mismo que a los demás, porque no nos tiene esperanza. Hay que demostrarle que tiene un motivo para apostar, quiero decir, no seamos nosotros mismos.
No entiendo a qué quiere llegar. Hace un momento no hablábamos, ni siquiera parecía interesada en conservar su propia vida y ahora de repente hace planes conspirativos. Quiere que me comporte como un profesional superficial y discrepo, pues prefiero mantener mi imagen de falso desinterés. No lo sé, no creo en las alianzas. Yo solo intentaré sobrevivir.
- Mañana desayuno juntos, ¿Te parece? - Dice de una manera un poco avasallante.
No me da tiempo de reponder porque me aparta dandome una palmada en el hombro y sigue su camino. No entiendo a esta chica.
Tardo unos 3 segundos en averiguar como funciona la puerta pero lo logré. Aunque la habitación es un poco más modesta y acogedora que el resto del piso, me sigue pareciendo exagerada. Agua caliente con solo girar la llave, guay. Me entrego al placer de sumergirme en agua tibia luego de aguantar el aire acondicionado todo el día, que es incluso más frío que el distrito 7.
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Juegos del Hambre
Tarihi KurguMike Thomswort, Distrito 7; a sus 18 años y a punto de salvarse de las cortantes garras del capitolio, cae en la temible cosecha; matando a su particular ego. ¿Será lo suficiente para sobrevivir o caerá como cualquiera? Priscilley Quinnbrown: Ambr...