Capítulo 13 // Serpientes y Leones

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Abril se despertó pronto el sábado por la mañana y se quedó un rato en la cama pensando en el partido de quidditch.

Se ponía nerviosa, sobre todo al imaginar lo que diría Wood si Gryffindor perdía, pero también al pensar que tendrían que enfrentarse a un equipo que iría montado en las escobas de carreras más veloces que había en el mercado.

Nunca había tenido tantas ganas de vencer a Slytherin. Después de estar tumbada media hora con las tripas revueltas, Angelina y Alicia la llamaron para que fueran juntas a desayunar.

—¿Nerviosa? — pregunto Alicia.

—Algo —contestó Abril, ella sentía una sensación desagradable en el estómago — creo que vomitare — rió con nerviosismo.

—Hey, tranquila — le dijo Angelina con una sonrisa— Lo harás bien, venga — le tendió la mano — patiemos los traseros de esas serpientes.

—¿Las serpientes tienen traseros? — dijo divertía mientras tomaba la mano de Angelina.

Las tres bajaron debatiendo si las serpientes tenían trasero o no, allí encontraron al resto del equipo de Gryffindor, apiñado en torno a la gran mesa vacía.

—¡Al fin llegan! — dijeron los gemelos.

—Se que no pueden vivir sin mi, chicos — dijo Abril divertida.

George olfateó el aire.

—¿Hueles eso Freddie?

—Si, hermano, hay ego en el aire.

Abril frunció el entrecejo.

—Cuidado hermano, puede petrificarnos — dijo burlonamente George.

—No me parece gracioso, nunca dañaría a nadie a menos que sea por una broma —Abril se cruzo de brazos y desvío la mirada.

—Es broma, tonta, lo sabemos — dijo George despeinandola — Ahora comamos algo, antes de que el partido inicié.

Cuando faltaba poco para las once, el colegio en pleno empezó a dirigirse hacia el estadio de quidditch. Hacía un día bochornoso que amenazaba con tormenta.

Cuando Harry y Abril iban hacia los vestuarios, Ron y Hermione se acercaron corriendo a desearles buena suerte. Los jugadores se vistieron con sus túnicas rojas de Gryffindor y luego se sentaron a recibir la habitual inyección de ánimo que Wood les daba antes de cada partido.

—Los de Slytherin tienen mejores escobas que nosotros —comenzó—, eso no se puede negar. Pero nosotros tenemos mejores jugadores sobre las escobas. Hemos entrenado más que ellos y hemos volado bajo todas las circunstancias climatológicas («¡y tanto! —murmuró George —, no me he secado del todo desde agosto»), y vamos a hacer que se arrepientan del día en que dejaron que ese pequeño canalla, Malfoy, les comprara un puesto en el equipo.

Con la respiración agitada por la emoción, Wood se volvió a Harry.

—Es misión tuya, Harry, demostrarles que un buscador tiene que tener algo más que un padre rico. Tienes que coger la snitch antes que Malfoy, o perecer en el intento, porque hoy tenemos que ganar.

—Así que no te sientas presionado, Harry —le dijo Alicia, guiñándole un ojo.

Cuando salieron al campo, fueron recibidos con gran estruendo; Abril visualizó a Cédric entre los Hufflepuff que apoyaban a Gryffindor y a su prima Jackeline con los Ravenclaw, esto le dio un subidon de energía, Hufflepuff y Ravenclaw estaban deseosos de ver derrotado al equipo de Slytherin, aunque la afición de Slytherin también hizo oír sus abucheos y silbidos.

Abril en Hogwarts: La Camara SecretaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora