5. Planeando la venganza

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  - ¿Qué piensas de este vestido? - pregunta Lena, mientras se mira a través del espejo. El vestido, blanco y de encaje, ciñe su perfecta figura. Tiene una abertura en V demasiado grande en la espalda - mi madrina me
regaló su última colección de vestidos que diseñó.

Sin duda, el vestido moldeaba muy bien su figura. Lena, de por sí, era muy hermosa y adorable para pertenecer a la hermandad Morton. O eso es lo que piensas.

Se me hace muy difícil imaginar que ella pudiera hacer cosas tan bárbaras como las que se cuenta en la preparatoria. Puedo ser la peor escoria cuando miro a los nerds en los pasadizos, pero jamás podía llegar a hacerles daño con tanto salvajismo. Mi límite ético se reduce a alejar a todo aquel que no me interese su amistad. Osea todos.

Se especulaba que Lena y las gemelas Manoban habían causado severos trastornos mentales a una estudiante por el excesivo hostigamiento y bullying con el que estaban acostumbradas a tratar a los cebos. Sin embargo, caigo en la cuenta de que eran solo especulaciones de las porristas con la finalidad de atemorizarme, ya que Lena me ofreció, en el primer día, estar dentro de las titulares.

¿Y a quién le consta?

El hecho de que Elías Morton se haya retirado, por cuatro meses de la preparatoria, significó un alivio total para todos. Sin reglas ni reprensión.

El cretino, más que respeto, buscaba el control total de la preparatoria y de hecho que lo tenía, ya que todos los chicos de la hermandad eran los más adinerados de la ciudad de Ployster y, por ende, controlaban absolutamente todo.

Esta maldita preparatoria es financiada por estas familias, quienes han hecho posible, con buenos entrenadores, que el equipo de futbol esté bien preparado y que, en los últimos años, hayan jugado más de diez partidos con otras preparatorias altamente capacitadas y con muy buena reputación.

Demasiada ventaja para hacer lo que deseasen.

Y el solo pensar en Jared abusando de otros, me revuelve un poco el estómago...

Desde que ingresé aquí, solo he visto a Jared tener un comportamiento agresivo en cuanto a las cartas obscenas que me llegaban. Sin embargo, sé que, detrás de esos encantadores ojos verdes, existen demasiadas miradas grabadas de temor y miedo de estudiantes cebos.

- Tierra llamando a Sam. - Lena agita sus manos en un intento de llamar mi atención. - ¿Estás bien?

-Sí, claro, Lena, estás hermosa, - digo torpemente para que no sospeche que no le he dedicado ni un poquito de atención a su conversación.

Me dedica una mirada llena de incertidumbre.

-No escuchaste nada de lo que te dije, ¿cierto?, - me dedica una sonrisa y recorre su amplia habitación buscando algo.

-Pues, no..., - me sincero. - Estuve pensando en la riña de hoy.

Y algo más...

Saca una caja de zapatos que yacen bajo su cama y la abre. Una preciosura de zapatos yace en el contenido: tacos negros demasiado altos para mi gusto, pero lo suficientemente hermosos como para soportar el dolor que podrían causarme en una salida.

-Sabes, Samy... - dice colocándose uno de los zapatos. - Con respecto a Jared, me gustaría saber con sinceridad, ¿realmente lo amas?

Su pregunta me saca de mis pensamientos. Vaya golpe bajo de Lena.

¿Amaba a Jared? Claro que sí, a pesar de haber decidido no ser nunca más la chica vulnerable, he aprendido a amarlo en este poco tiempo.

Estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para verlo feliz, aun por encima de mí. Suena loco, pero es lo único que me queda a parte de Liz.

DesolationDonde viven las historias. Descúbrelo ahora