10. No me intimidas

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Corro lo más rápido que puedo al ver a la profesora Westter salir de la subdirección con unos folios en los brazos. Se acomoda los lentes y deja caer su bolígrafo al piso, por inercia se agacha ipso facto le doy la delantera para dirigirme al salón A - 301.

Pensé que iría a llegar tarde a la clase de Biología, pero la demora de la profesora me ahorró unas cuántos ejercicios y risas de mis agradables compañeros.

Sigo de frente hasta llegar al salón con el corazón en la mano. Bajo la falda diminuta que alistó Lena en mis cosas, por la cual demoré cientos de segundos para que Jared me dejara salir de su casa...

Entro al salón atrayendo las miradas de todos, especialmente la de Chad y Dave que no dejan de verme desde sus asientos con un gesto burlón.

-¡Señorita bikini! -gritan al unísono golpeando las mesas, mientras atraen el acompañamiento de la mayoría de compañeros. Revuelvo los ojos y levanto la mirada para seguir mi camino. Visualizo dos asientos atrás y me dirijo al que está cerca de la ventana. Logro sentarme y me doy cuenta que puedo ver la cancha de fútbol desde aquí, visualizo a las porristas practicando su rutina de baile.

-¡Hey, Sam! -grita Dave atrayendo mi atención -no deberías sentar...

-Buenos días, jóvenes -saluda la profesora Westter cerrando la puerta del salón para luego dejar sus folios en la mesa -espero que habéis traído el ensayo sobre lo temas que os anoté en la pizarra la clase pasada.
«Recuerden que es la última nota del segundo bimestre, que era la única oportunidad para los que reprobaran este curso.»

Abro mi mochila y suelto el aire comprimido en mi pecho, el folder con el ensayo sí está. Es la cuarta vez que reviso mi mochila y aún no puedo creer que sí está ahí... Acostumbrada a mi mala suerte de olvidar todo, siento un gran alivio y salto de emoción internamente por haber escrito el ensayo con anticipación y haberlo guardado en mi mochila toda la semana. No estaba tan mal en este curso, pero sí necesitaba levantar la nota si quería ingresar a la universidad becada. Saco el ensayo y los ojos me brillan de tan solo tocarlo, le había puesto todo mi esfuerzo mental y sabía que obtendría una buena nota...

Sí, señores, Samantha Kesley también se emociona por nada y se enoja por todo...

Pero hoy será un buen día, un excelente día...

Repito la frase mentalmente una y otra vez.

El silencio sepulcral del salón se ve expuesto al escuchar el toque de la puerta. La profesora Westter se levanta, perezosamente por su edad, para ver quién es el oportuno que ha llegado tarde.

-Señor Morton, qué sorpresa verlo de nuevo -exclama la profesora Westter -Qué lastima que sea en circunstancias en las que tenga que disgustarme por interrumpir mi clase...
«Recoja los trabajos de sus compañeros, por favor.»

La profesora ignora el hecho de que todos se encuentran alelados por la llegada del líder de la hermandad Morton más temida de la preparatoria y se limita a escribir la palabra cuestionario, mientras la tiza hace un ruido escandaloso al hacer contacto con la pizarra.

Dirijo toda mi atención hacia las expresiones de mis compañeros y empiezo a pensar que este tío ha sido un grano en el trasero para muchos de los que se encuentran en este salón. Unos sonríen y otros tragan saliva cómo si el final de sus vidas estuviera por venir. Elías Morton trae puesto un polo, unos vaqueros y tenis negros y el cabello ligeramente revuelto, su mochila, que también es negra, -no puedo evitar revolver los ojos-, yace sobre su hombro izquierdo. Todo ello junto con el aura de bravucón que transmite con el primer paso que da y la gran escenita de expresiones de mis compañeros lo hacen ver cómo el típico y quisquilloso chico malo al que todos temen y obedecen...

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⏰ Última actualización: May 18, 2020 ⏰

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