C I N C O

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Volvió a casa mientras caminaba un poco inestable, si bien no habían ido a un bar los chicos llevaban alcohol hasta por los codos.

Entro mientras reía un poco, recordar como Kris se golpeó con el poste mientras caminaban y ver a Jin-Ho golpearse con un buzón era algo que nunca olvidaría, menos estando en sus tres sentidos.

La luz le hizo quejarse, tapó sus ojos tratando de acostumbrarse pero fue imposible, al menos los primeros cinco minutos.

— MinGyu, ¡¿Donde diablos estabas?! Prometiste ir al recital y para colmo apagaste el celular.

— Lo se, lo se... Solo fui por ahí, ya sabes.

— ¿Estas borracho? — HyukJae casi no podía creer aquello, era como una mala broma.

— Nop, nunca, bueno tal vez me invitaron algo pero dije que no, mamá no quiere que beba alcohol hasta los veinte pero Ji me dio un sorbo pequeño, yo no quería pero como era pequeño no me importo, después de eso solo fueron pequeños sorbos en la botella.

— No puedo creerlo, Lee, te prohibió qué veas a esa chica de nuevo, estas actuando como un idiota.

— ¡No lo haré! Ji me gusta un montón y ya nos besamos muchas veces hoy.

— MinGyu reacciona, Shin lloro por tu culpa hasta quedarse dormida, ahora no quiere volver a clases de baile nunca más.

Eso fue algo que hizo que todo el alcohol desapareciera de su sistema, maldijo por eso, su sobrina, su princesa, la había dejado de lado por un par de besos y alcohol, era el colmo.

— Estas castigado MinGyu, iré por ti a la escuela y me acompañaras el resto del día hasta que salga por un mes.

— ¿Y Shin?

— Hae y papá irán por ella, quieren convencerla de no dejar algo que ama solo porque el estúpido de su oppa olvido algo importante para ambos.

— Entiendo, pero no era mi intención yo n-

— Basta, no más disculpas, debes disculparte con Shin, es tarde ahora ve a darte una ducha y a dormir, mañana hablaremos.

Sólo asintió siguiendo las indicaciones de su hermano, sentía que su cabeza explotaría por tanto.

En la mañana se levanto antes para preparar el desayuno, no era suficiente como para que lo perdonarán pero sería suficiente para que no estuvieran tan molestos.

Su hermano le agradeció aquello, su sobrina tardo mucho más de lo normal en querer levantarse de la cama, llevaba arrastrando aquel peluche de un buitre antes de sentarse en su lugar y fruncir el ceño.

— Mamá quiero cereal.

— Claro cariño.

— Yo se lo daré. — se levantó para poder tomar uno de los platos, más el siguiente grito lo detuvo.

— ¡No! Mamá no quiero.

— No llores bebé, te daré yo tu cereal.

El resto de la mañana la pequeña la paso encerrada en su habitación, no soportaba eso por lo que toco la puerta de su habitación antes de escuchar un largate, esa fue su señal para entrar.

— A mamá no le gustaría escucharte así.

— Vete de aquí MinGyu, no quiero verte. — y tal vez aquello le dolió, porque jamás había sido llamado por su nombre.

— Princesa.

— No largo de aquí, no te quiero, no fuiste a verme tonto, tonto MinGyu.

— Lo se, soy tonto pero tengo una explicación.

¡No eres mi mamá! -  HaeHyuk Donde viven las historias. Descúbrelo ahora