Será difícil pero no imposible (YangXiao)

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— 4083 palabras.

. . .

XiaoJun despertó esa mañana sintiendo que era el día de su muerte, así como Tree, con dolor y ganas de tirarse de un puente. Aunque sin la parte del apuesto adonis, pero estaba bien, él tenía el suyo, al que tampoco quería ver o lo mataría con una cuchara por cierto.

Tenía un humor de perros nada común, él nunca se enojaba pero ahora parecía odiar hasta el mismísimo aire que respiraba para sobrevivir.

Estaba estresado, cansado y molesto. Peleó con Chittaphon por su humor de mierda y porque el tailandés no pensaba aguantarlo así que también estaba triste, se animó momentos después cuándo uno de sus amigos al saber de su estado por un mensaje le trajo el desayuno hasta su habitación, pero la alegría le duró tanto como le duraba la paciencia a Chittaphon ya que el simple olor del huevo frito hizo que su estómago se revolviera y que todo su contenido fuese directo al váter luego de que una arcada poderosa lanzará todo afuera.

El día de su muerte.

Luego de estar seguro de que no vendrían más arcadas el azabache cepillo sus dientes y salió sintiendo su cuerpo pesado, ahora tenía sueño, muy mal humor y su garganta ardía.

—¿Te sientes bien? – Kun preguntó sentado en la cama de Chittaphon, el tailandés sentado a su lado rodó sus ojos ante su pregunta, sus piernas cruzadas mientras una mirada escéptica estaba puesta sobre el chino mayor.

—¿Tiene cara de que se siente bien? Podría poner una hoja blanca junto a su rostro y no habría diferencia. –el tailandés miró a su mayor como si este fuese estúpido unos segundos más antes de voltear su vista al menor, XiaoJun estuvo a punto de pedirles que no discutieran por el malestar que sentía pero la sonrisa coqueta y la frase que Chittaphon soltó a continuación detuvo su hilo de pensamientos. —Yo pido ser el padrino junto a Hendery.

El castaño frunció el ceño sin poder pronunciar palabra, relamió sus labios y rascó su cuello incómodo. No entendía por qué Chittaphon ya no estaba molesto y menos entendía por qué lo miraba de esa forma, pero era extraño y quería que parase o le lanzaría su sandwich de huevo sin tocar.

—¿De qué hablas? –Kun cuestionó girándose hacia el tailandés. El menor sintió que su ánimo subía un poco cuando en su divagación recordó los pepinillos que había dejado en la pequeña nevera mostaza de su habitación, rápidamente se acercó a la misma, sacó los pepinillos junto a la mantequilla de maní y se encogió de hombros.

Nunca había comido eso pero por el momento se le antojaban, se le hacía agua la boca de solo pensarlo y ya que ni siquiera podía sentir el olor del sándwich de huevo que Kun le había traído sin querer vomitar ese bocadillo parecía el mejor banquete. 

—Vamos, Kun, ¿No se supone que las madres tienen un sexto sentido? –Chittaphon le guiñó un ojo ignorando su disgusto al escuchar la palabra madres. —Eres la madre del grupo, tratas a Xiao como un bebé, ¿No notas algo raro en él? –el tailandés parpadeó repetidas veces mientras sonreía.

—Yo estoy como siempre, sólo tuve un mareo y vomité, debe ser un virus cualquiera, yo me siento bien. –el antes mencionado se encogió de hombros antes de meter un pepinillo cubierto de mantequilla a su boca bajo la mirada asqueada de ambos.

—Sí claro, tan bien que parece que te hubiesen metido un palo en el culo.

—Me disculpé, ya no me trates así. –XiaoJun murmuró tratando de no molestarse por los comentarios agrios de Ten que miraba sus uñas falto de paciencia y por primera vez le estaba costando.

—Vamos, piensa Kun –Chittaphon dejó un golpe en la nuca del mayor ignorando al castaño—. Mareos, vómito, humor descontrolado, antojos raros –

La hora de la verdad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora