Granada

Una misión inesperada

—Entonces, necesitaré que revises este informe, y sobre Jericó, la firma de cancelación y entrega del proyecto, necesito que me confirmes, aunque ya revise tu agenda y tienes libre ese día—Pepper hizo una pausa y miró a su amiga y jefa por encima de los papeles que tenía entre las manos—Toni...Toni...Tasha... ¡Natasha!

Toni dio un brinco y el teléfono celular se le soltó de las manos por un breve momento, antes de volver a recuperarlo en aire.

—¡Pepper!

—¿Qué estás haciendo? —Pepper se puso de pie de su asiento y rodeó el escritorio— ¿Escuchaste lo que te dije?

—Me llamaste, ¿no?

Pepper rodó los ojos y antes de que Toni pudiera hacer algo, le arrebató el teléfono. Toni hizo un intento soso para recuperarlo, pero era tarde. Pepper ya estaba chismeando en éste.

—¿Capitán Handsome? —dijo la pelirroja levantando una ceja—Déjame adivinar.

—Pep, dame...—Toni se levantó para recuperar su teléfono, pero Pepper se dio vuelta antes de que pudiera hacerlo y se puso fuera de su alcance.

Pepper sonrió internamente, le gustaba tomarle el pelo a su amiga, y fingió que revisaba toda la conversación que ésta había estado teniendo con Steve Rogers, alias "Capitán Handsome", mientras Toni iba detrás de ella intentado recuperar el aparato.

—Ahora entiendo tu sonrisa boba—dijo Pepper—, ¿cuánto llevan saliendo ya?

Toni la alcanzó y le quitó el teléfono.

—No estamos saliendo.

—¿No? ¿Pensé que ese "buenas noches, bonita" era de un novio a su novia?

Toni dio media vuelta para ocultar el sonrojo en sus mejillas y de paso volver a su asiento frente al escritorio de Pepper.

—Es...simplemente... un hombre observador...sabe que soy bonita.

—Lo curioso es que lo dejes decírtelo.

—¿Qué tiene de malo?

—Recuerdo un par de incidentes con otros hombres que...

—Steve no es como ellos.

—Eso veo—Pepper sonrió y regresó a su asiento—. Contéstale, pero después, pon atención.

Toni levantó la vista del teléfono y observó el último mensaje de su conversación.

"¿Nos vemos está tarde?"

Una vez más, Pepper vio la sonrisa de Toni mientras ésta tecleaba su respuesta. Nunca, pero nunca, había visto a Toni en ese estado con nadie. Y ese hombre, había resultado ser el menos esperado, parecía ser todo lo contrario a Toni. Todo, de la punta del cabello hasta la punta del pie, eran opuestos totales, o casi. Ella nunca había sido partidaria de aquello de los polos opuestos se atraen. Siempre había pensado que eran las similitudes, aquello en común, lo que unía a las personas. Pero comenzaba a comprender de que se trataba. Llevaban cerca de un mes saliendo, "inocentemente" como Toni decía. Iban a comer, a cenar, a museos, al cine, al teatro, de compras. Pasaban horas charlando por el celular. Y por lo que le había dicho Toni se habían besado más de una vez, pero nada más, no habían avanzado más allá de eso. Era un poco extraño, para los estándares de Toni, pero parecía cómoda con ello. Al parecer, Toni no quería que terminara tan pronto aquella relación, porque, aunque no lo dijera, después de dormir con alguien era el momento de decir adiós. Esa era su costumbre, su regla no escrita.

Tras terminar de teclear, Toni bloqueó el teléfono y lo dejó sobre la mesa.

—Listo, ahora sí, ¿qué me decías?