Storgé (Cancelada)

#1

– ¿Y cómo se supone que debo de cargarlo, Steve? —Preguntó un alterado Tony mientras veía a Peter extender sus brazos hacia él— ¡Steve!

– Tony, solo cárgalo normal, no hay ciencia en esto.

Tony se acercó al bebé Peter y puso sus manos en las pequeñas axilas del bebé, con cuidado lo levantó y acercó a su cuerpo, su brazo se apoyó en las piernas de Peter para darle comodidad al bebé, era sencillo. Tony miró a los ojos a Peter y este igual, una sonrisa apareció en la carita de Peter junto a sus abultadas mejillas sonrojadas.

– ¿Cómo no habíamos adoptado antes? —Tony se acercó y depositó un beso en la mejilla de Steve— ¡Se parece a mi!

– Primero, le tenías miedo a los niños y cuando los fuimos a visitar te desmayaste, asustaste a los niños y nos corrieron del lugar por provocar alboroto, segundo, tienes razón se parece mucho a ti... Tony ¿Cuando fuiste Playboy no embarazaste a nadie?

– Qué poca confianza, amor. Y no, siempre me protegí. —Volvió a mirar a Peter un rato hasta que sintió un flash proveniente del celular de Steve— Cuando te di el celular me dijiste que no lo usarías y ahora hasta tomas fotos ¿Donde quedo mi querido Stevie?

– Puede que lo use en ocasiones —Steve se acercó a Tony por detrás y lo abrazó con todo y Peter— Realmente escogimos bien.

– Si, realmente escogí bien —Tony y Steve sonrieron cuando Peter agitó sus manos e hizo un puchero— Ok está bien, escogimos bien.

– Vas a ser un padre maravilloso, Tony —Steve suspiro y recargó su mentón en el hombro de Tony— O una madre....

– Te escuché claramente, Steve.

Los tres se rieron, si, hasta Peter se empezó a reír cuando Steve dijo eso, Tony pensó que estar solo con Steve bastaría para ser feliz y lo era claramente, pero aquel pequeño hacía su mundo aún más feliz.

– Te protegeremos de todo, estaremos ahí cuando nos necesites, tendrás nuestro apoyo en todo ¿Cierto, Steve?

– Cierto, Tony.

– Pero yo no le cambiaré el pañal, ese será tu trabajo, mi amor —Tony dejó a Peter en los brazos de Steve y caminó rápidamente a la cocina— Tengo comida que preparar.

– Tony, Tony, ¡Tony! —Steve se empezó a reír y sujetó con más fuerza a Peter mirándolo— Será una excelente madre.

– ¡Te volví a escuchar, Steve!

Steve y Peter rieron un momento —si, el bebé volvió a reír— Steve dejó a Peter en la silla especial para él y fue a ayudar a Tony a hacer la comida.