Chris Evans - One Shots

03

Llego a la alfombra roja de los Oscars, traigo un vestido rojo ceñido con una abertura en la pierna. Siempre quise usar uno así, y esta es una ocasión demasiado especial.

Me tomo unas fotos, lo que disfruto, porque aunque me siento nerviosa, estoy cumpliendo un sueño. En mi adolescencia veía todos estos eventos por televisión, deseando ser parte de algo tan grande y que premiara lo que amo hacer.

Fui invitada junto a todo el cast de Infinity War, nos toca anunciar un premio y espero que mi familia me vea. Aunque esta vez no estoy nominada a nada, deseo algún día estarlo.

Al llegar al área de los periodistas, me detengo para responder algunas preguntas.

- ¿Cómo te sientes en tu primera vez pisando esta alfombra roja? – la mujer me pregunta sonriente.

- Estoy muy emocionada, es un evento por el que como actor esperas asistir, ser invitada es un gran honor y solo quiero disfrutar de esta gran noche.

- Luces grandiosa – me alaga y le sonrío contenta.

- Muchas gracias – digo intentando ignorar los gritos que han comenzado a elevarse – he estado pensando en el vestido por un largo tiempo y...

- Hola, buenas tardes – me volteo hacia él, ha pasado un tiempo desde que nos vimos por última vez.

Chris me mira sonriente, lleva la barba larga, no se ha afeitado desde la película, sabía que no lo haría. Me abraza y me encuentro atrapada en las sensaciones que vuelven como un torbellino, no debería, lo sé, pero no puedo dejar de sonreír.

- Chris Evans – la periodista luce feliz de poder entrevistar a estos dos invitados al mismo tiempo, seguro que este encuentro dará de qué hablar.

- Sólo vengo a saludar – se disculpa mirándome, nos quedamos así un momento hasta que nos interrumpen para tomar una foto.

Paso una mano por su ancha espalda y él envuelve la suya alrededor de mi cintura, acercándome, sonrío honestamente sin poder evitarlo. Después de que varios fotógrafos aprovechan, le doy las gracias a la entrevistadora y me marcho, si no lo hago vendrán las preguntas incómodas, y de verdad quiero evitármelas.

Camino lentamente tomándome fotos con fans que se amontonan en las rejillas, les firmo algunos posters y doy abrazos.

Para cuando llego al final de la alfombra, a unos pasos de la carpa, veo a Chris sonriendo.

- Puedo perderte ahí dentro – explica ofreciéndome su brazo.

Lo tomo sabiendo que me estoy ganando un problema que no sé si podré arreglar esta vez.

Dentro de la carpa tomo un jugo y él una copa de champagne, hay demasiados actores y mi emoción aumenta aún más. No quiero actuar como la fan loca que sé que soy, no quiero pedir una fotografía a cada asistente, así no son las cosas, aunque si a mí me la pidieran diría que sí.

Aún tomada del brazo de Chris me doy cuenta de que camina a través de todos, hasta un rincón más alejado, junto a los jarrones con flores.

- Te ves hermosa – comenta sin dejar de mirarme, sé que le gusta ver cómo me sonrojo, lo disfruta.

- Tú te ves muy bien, el azul resalta el color de tus ojos – baja la cabeza y me río por devolverle la mano.

Mira a su alrededor, algo que hace cuando está nervioso, yo miro también para ver si ha llegado alguno de nuestros amigos.

- Ha pasado tiempo – se enfoca nuevamente en mí - ¿Cómo has estado?

- Bien. Terminé el proyecto en el que trabajaba, estoy lista para grabar End Game, ¿y tú?

- Bien, también terminé la película que me tenía emocionado. Nos volveremos a encontrar en el set.

Volvemos a mirarnos unos momentos, sé que quiere decirme algo, lo conozco demasiado bien.

- ¿Qué pasará con nosotros ahora? – se ha vuelto serio, quiere que yo vea que no está jugando.

- ¿A qué te refieres?

- Ni tú ni yo dejamos nuestros proyectos, y eso está bien, claro, pero eso significó sacrificar nuestra relación – suspiro preparándome para lo que viene -. Ahora nos vamos a ver cada día en el set, no tenemos que estar a horas de distancia. Sabes que podemos hacerlo funcionar, si es que tus sentimientos no han cambiado.

- ¿Y los tuyos?

- Oh, vamos, claro que no. Sabes que no. Te dije que si nos volvíamos a encontrar, y sabía que pasaría, haría que funcionara de nuevo. Tú sabes que me entiendes mejor que nadie, que en ti confío más que en cualquiera, me has visto llorar y reír, y siempre estás ahí...o estabas.

Claro que lo sé, me gustaba darle esa confianza que todo el mundo cree que tiene, pero no es así, hacerlo sentir capaz, ayudarlo en esos ataques de malos momentos, me encantaba hacerlo sentir amado.

- ¿Qué es lo que quieres que haga? – me pregunta - ¿O es que las cosas han cambiado demasiado en este último tiempo?

- Han cambiado – admito.

Baja la vista hacia su copa y junta las cejas, no quiere encontrar mi mirada, ahora me evita.

- Muchas cosas han cambiado, pero no mis sentimientos hacia ti – termino riendo por haberlo hecho esperar y que pensara otra cosa.

Encuentra mis ojos y niega sonriendo, luego vuelve a la seriedad y me ofrece la mano, que le tomo de inmediato.

- Estás atrapada en mi mente y no te puedo sacar de ahí, si pudiera hacerlo todo de nuevo, se que volvería contigo – me río por las palabras que usa.

- ¿Has estado escuchando las canciones que yo suelo escuchar?

- Una consecuencia de extrañarte.

Me abraza fuerte, sabe que me gusta de esa manera, cuando puedo tomarme el tiempo de sentirlo.

- Así es en nuestro mundo – me susurra -, el trabajo siempre nos mantendrá algún tiempo alejados, no hay manera de que podamos cambiar eso, pero si sabemos que nos seguimos queriendo, y que si estamos hechos el uno para el otro, cosa que creo firmemente, siempre acabaremos encontrándonos – me alejo para mirar sus ojos.

- Me alegro de este tiempo separados – frunce las cejas confundido -, nos ayudaron a darnos cuenta de que sí lo resistiremos, y de que nos queremos mucho como para dejar que todo se desperdicie.

- Corrección, nos amamos mucho.

- Habla por ti – me río.

Me advierte con la mirada y luego me besa, después de todo ese tiempo, la suavidad de sus labios vuelve a mí, se siente perfecto, y todo en mi vida encaja, no necesito llorar al mirar nuestras fotos, ni extrañarlo en la cama cada día. Pasar por eso fue una estupidez, pero nos ayudó a darnos cuenta de que sí podemos, y de que separarnos sería un error demasiado grande.

Su mano vuelve a tomar la mía al alejarnos, y pasamos entre los actores para buscar a nuestros amigos. 

Me paso la noche junto a él, dispuesta a recuperar el tiempo perdido, y sé que él quiere lo mismo, porque sé que me ama tanto como yo lo amo, y que ya no hay barreas entre nosotros.