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Fallin' All In You

Cuando la luz del día es demasiado molesta y se interpone en mis deseos de volver a dormir, intento abrir los ojos. Mientras se acostumbran, sonrío sintiendo sus brazos en mi pecho y su pierna sobre las mías.

Cuando la veo bien, me fijo en que está relajada, respira tranquilamente, y le acaricio la mejilla de forma suave. Generalmente tiene el sueño profundo, pero la luz del sol también la debe haber estado molestando, así que intenta abrir los ojos.

- Buenos días – susurro sonriendo.

- ¿Otra vez? – imita mi gesto y me mira unos segundos.

Cuando entré por primera vez a su habitación del lugar en que nos quedamos para grabar, estábamos leyendo nuestros libretos, y al ver que nos quedábamos dormidos, me dijo que podía quedarme sólo esa noche. Pero no fue así, cada noche volví para "ensayar". Sabía que terminaría abrazado a ella.

- ¿Recuerdas cuando dijiste que te veías mal por las mañanas? – me pregunta incorporándose. No quiero quejarme porque no somos más que amigos, y compañeros de trabajo, pero me gustaría que se quedara junto a mí más tiempo.

- ¿Tan mal luzco?

- Por supuesto que no. No sé qué es lo que tú ves, pero no hay nada de malo en ti. ¿Quieres ver algo que luce mal? Mírame a mí, ojos hinchados, cabello enredado, esto es lucir mal.

Camina hacia el baño y la sigo porque sé que lavará sus dientes, es lo primero que hace, así que tomo mi cepillo, que ya descansa junto al suyo.

- Me gusta tu cabello – le digo mirándola por el espejo – se ven bien desordenado – no miento, me gusta la forma en que se le alborota.

Cuando tenemos la boca limpia volvemos a la cama. Nos sentamos mientras ella se toma el cabello en una cola y no puedo dejar de observarla.

Me siento tan bien a su lado, podría reír todo el día, y también hablar de cosas serias, me entiende mejor que nadie, me siento seguro junto a ella.

He estado solo bastante tiempo, no soy de esos hombres que necesitan estar con alguien, ella lo sabe, desde que la conocí sólo tuve ojos para ella, a veces me quedaba mirándola mientras reía con nuestros compañeros, mientras mis amigos notaban mi inevitable atracción.

- Estamos pensativos hoy – me toca con su dedo la frente y sonríe.

- Soy un hombre pensativo, por supuesto.

Se acerca a tocarme el cabello, me lo dejé crecer un poco para el papel, y a ella le gusta mucho, incluso lo ha trenzado.

- ¿Por qué eres tan perfecto? – no es que su pregunta me tome por sorpresa, siempre lo hace, le gusta verme sonrojar, le produce mucha gracia -. Es muy injusto que dejes las expectativas tan altas. ¿Cómo se supone que las personas normales, salgamos con gente normal, si sabemos que existe un solo Chris Evans en el mundo?

- ¡Ey! yo soy normal, y si crees que los actores no lo somos, te recuerdo que tú también trabajas en esto. Además, tú puedes salir con el único Chris Evans en el mundo.

Esta vez ella se sonroja y baja la mirada sonriendo, me siento nervioso porque no quiero que me aleje, sé que ha salido con chicos que le han roto el corazón, o no han sido lo que ella esperaba, pero creo que yo puedo hacer las cosas de manera distinta.

- No, no puedo, es demasiado encantador, no encajaríamos.

- Podemos intentarlo, podemos caminar por la cuerda floja. Somos libres de hacer lo que queramos.

- Kiwi fruit, ¿me estás tomando el pelo? – sonrío por el apodo.

- No, no lo hago – me acerco más a ella y la atraigo mientras ríe -. Quiero salir contigo.

- No – se burla poniendo sus manos en mi cuello.

- Por favor – junto su nariz con la mía y cierra los ojos respirando hondo.

Se me hace extraño enamorarme de alguien cuando no hemos estado juntos, siempre salía con alguien y en el transcurso nacían los sentimientos, pero siempre me equivocaba de persona. Esta vez es distinto, la quiero, la he querido bastante tiempo sin saber si ella podría corresponder a mis sentimientos. Es natural.

- ¿Tengo la oportunidad de salir con el hombre perfecto? – pregunta alejándose un poco para verme.

- No soy perfecto y lo sabes, pero quiero hacerte feliz.

- Eso te hace perfecto, eso y mucho más.

- ¿Es eso un sí?

- Tengo que ver mi agenda, soy una chica ocupada – finge estar recordando.

- Supongo que tengo que esperar, pero tranquila, tómate tu tiempo, no me iré.

Me mira a los ojos y comienza a acariciar mi cabello. Ella saca una versión diferente de mí, una más alegre, más confiada.

La tomo de la mejilla y la acerco lentamente, se deja llevar por mi mano y entreabre los labios. De repente me siento ansioso, admito que pasé algunas noches imaginando que me besaba, que correspondía a mis sentimientos.

Cuando nuestros labios se encuentran, me siento demasiado feliz, en paz, cómodo. Mi mano va a la parte detrás de su cuello para acercarla más, ella me acaricia la mejilla de forma delicada, ese gesto me hace amarla más, de verdad me ve como lo más especial, me hace sentir confiado.

- La verdad sí quiero salir contigo – asiente cuando nos separamos -, pero me daba vergüenza pedírtelo. Sabes que no me avergüenzo a menudo, pero no miento cuando digo que eres el hombre perfecto, y no sé si esto es real.

- Bueno, si estoy soñando, entonces no me despiertes – rueda los ojos sin quitar la sonrisa de su rostro -. Para mí tú eres perfecta.

- No me idealices, estoy muy lejos de ser perfecta, no esperes eso de mí, te vas a desilusionar.

- Entonces me gustan tus defectos también.

Me abraza y nos tiramos de nuevo a la cama, vuelve a acomodarse en mi pecho y yo le acaricio el cabello.

- Sólo iba a ser una noche – se ríe.

- Supongo que no lo podemos controlar.

- Entonces serán muchas más.

- Cuantas podamos.

Chris Evans - One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora