❝ -我们之间│⠀between us.✧ (ggukgi)

❝ the beginning. ✧

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Min YoonGi, un chico delgado con apariencia andrógina que rozaba el metro sesenta y ocho. Poseía un menudo cuerpo con características bastantes delicadas y finas, era impresionante.
Pequeña cintura, piernas delgadas, caderas redondas.
Sus padres siempre le hicieron burlas amistosas sobre aquello, y se dió cuenta de que realmente no podría cambiar al cumplir los diecisiete, pues siempre creyó que algún día crecería y sus músculos se desarrollarían.
Y aunque en su momento, para él, fue una especie complejo al ser el más bajo entre todos sus compañeros hombres. Pronto lo superó, al punto que comenzó a sacarle provecho a su físico.

YoonGi siempre fue un muchacho extrovertido, alegre, y coqueto, tuvo más de cinco novios—con los que jamás llegó ni a segunda base—en secundaria y los dos primeros años de preparatoria. Era quien sabía dónde organizar las mejores fiestas de todo el instituto, y esa persona que te convence de tomar tu primer trago si es tu primera fiesta. A pesar de eso, tenía un excelente rendimiento académico, y detrás de ese chiquillo fiestero, había un pequeño muchacho que amaba el silencio y encerrarse en su cuarto por horas para escribir.

Su cabeza llenas de ideas y pensamientos. Y por eso fue que su gran sueño siempre fue viajar al extranjero para estudiar escritura creativa.
Ya después con dieciocho años, en su último año de preparatoria, aún buscaba la manera de salir del país para hacer lo que quería.

Kim SeokJin, su único verdadero amigo en toda su vida académica, quién tenía un hermano menor llamado 'NamJun', o algo así.
Le dió la idea de aplicar para conseguir una beca en cierta universidad.

Lo hizo, aplicó rezando a todo lo rezable y se dió cuenta de que suerte era más de la que pensaba cuando la carta para entrar, había llegado a su casa con una respuesta afirmativa que le puso a gritar y a saltar alertando a sus padres y a todo el vecindario. Después de eso, quedaban alrededor de cinco meses para irse, se iría después de su  cumpleaños número diecinueve.

Fue en esos meses que conoció a aquel mocoso.

Jeon JeonGguk, un muchachillo escuálido menor que él. Más bajo, y bastante delgado. Era como un fideo con patas y cabeza de coco, nariz grande y dientes de ratón. Para él, JeonGguk no llegaba ni siquiera a tierno. Era poco atractivo y lo decía así, para que no fuera tan ofensivo. El mocoso era parte del trío de niños que consistía en el hermano menor de SeokJin, el fideo  y otro niñito que era una especie de trompo viviente.

Aunque también conoció a JiMin. Un joven contemporáneo, apuesto y con músculos.

Y él fue su novio antes de que se fuera, aunque JiMin le gustaba jamás se vio en algo serio con él.

Llegó finalmente su cumpleaños, tuvo una pequeña reunión en la casa de SeokJin, donde también asistió JiMin. Y fue ahí cuando cierta personita le dió un divertido recuerdo de despedida.

JeonGguk, confesó sus sentimientos amorosos hacia él, y le rechazó. De cierta manera, que fue ciertamente un poco cruel, lo admitía.

Se fue del país, dos meses más tarde.

No creyó, que él mismo cambiaria tanto.

Y jamás imaginó que esas personas que conoció, hubieran cambiado tanto.

Y definitivamente tampoco imaginó que JeonGguk hubiera cambiado demasiado. Tanto para sorprenderle de esa forma y hacerle casi caer de culo cuando lo vió después de tres años. Viéndolo hecho todo un puto Dios griego, con esos brazos en los que cualquiera se tiraría a rogar para que le enterrase de todo.

El karma era una jodida perra.