ᴠɪɴᴏ ᴅᴇ ᴜᴠᴀs ⁕ Kamigami no Asobi ⁕

Capítulo 14

Narra Dionisio

¿Por qué no puedo encontrarla?

La ví pasar por al frente de la puerta, de la habitación en donde estábamos ensayando. Cruce miradas con ella y vi como su cabello albino revoloteaba con el viento. Estoy seguro que logre verla. No pude equivocarme ni confundirla con nadie más. Hikaru es única.

¿Mi imaginación? ¿Es esta ansiedad de verla?

No puedo creerlo. Mi ansiedad esta llegando a un nuevo nivel que no puedo controlar.

Pensar en volverla a ver mi emociona. Me deja un sabor amargo en la boca que me tenga que separar de ella y me llena de calidez el pecho cuando la veo. Definitivamente creo que acabo de perder la cabeza por ella.

No puedo creerlo.

—¡¡Dionisio-san!!—logré escuchar el grito de Yui a lo lejos. Parece que después de salir corriendo empezaron a buscarme.

—¡¡Si no vienes ahora te espera un golpe peor al que pensaba darte!!—la voz inconfundible de Takeru.

Miré de un lado al otro nervioso y me metí en una de las habitaciones. Era un lugar amplio y tenias dos puertas Pude escuchar sus pasos pasar por la puerta sin pensar que me había ocultado justo en la habitación por donde habían pasado.

Miré una de las puertas curioso.

«¿Y si ella tuvo la misma idea?». No logré comprender porque Hikaru paso por la sala de ensayo ni porque estaría aquí.

“Este corazón nunca hizo tun tu”

Una melodía lenta que venía de una de las puertas. Me acerqué lentamente sintiéndome llamado a seguir escuchando más de aquella canción.

“Este corazón no se enamoró”

Me siento bien escuchando la letra pero siento una extraña tristeza.

Siento una tristeza que comienza a florecer desde lo profundo de mi corazón como si la duda se mezclará con el sentimiento triste que comienza a crecer dentro de mí.

Es extraño.

“Todo lo que hacia era vacilón”

Es inquietante.

Pareciera que la duda sigue creciendo sin importar que. Y no parece dar un paso atrás y olvidar.

“Nunca imagine que ibas a llegar”

Abrí la puerta con cautela. Pude ver la figura de Hikaru sentada en el suelo, su cabello estaba ligeramente desordenado y parecia un poco frustrada.

—Siento que no me sale la melodía, ¿qué  hago?—apoyó sus codos en su piernas y su mentón en sus manos—quizás solo debería dejarlo así. Pero me veré decepcionante. Lo más probable es que decepcioné a todos si no lo hago.

Ocultó su rostro detrás de su manos.

Tenía un semblante preocupado por algún tema que desconocía y tenia esa gran necesidad de ir a darle un abrazo pero me sentí inquieto por lo que escucharía si seguía ahí sin que ella se enterará.

«Tonto, no necesitas escuchar algo que no debes saber sin el consentimiento de ella». Caminé a paso lento hacia ella y la abracé por detrás apoyando mi mentón sobre su hombro. Se sobresaltó pero al final se tranquilizó al verme.