"Andrew"

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SEIS

. . .

¿Pero qué?

-¡Mierda, a el suelo!-volvió a decir Daniel lanzandose encima de mí.

Y así lo hice, el golpe que me dí por aquella brusquedad fué tan duro que me quejé de inmediato.

-¡Lárgate de mi casa, Daniel!-escuché la voz de Andrew al mismo tiempo en que el vidrio de las ventanas se rompían.

Había escuchado su voz pero no lo había visto por ningún lado.

¿Y que era aquello que estaba provocando que las ventanas se rompieran?

¿Rocas?

Me pregunté viendo una al levantar la mirada.

-¿Pero que carajos es lo que pasa?-esta vez me levanté y entonces los miré... Kei y Andrew.

La cara de Kei expresaba tanta incomodidad que aparté mi vista de la de ella para colocarla en el rostro de mi hermano y entonces le ví el rostro a el mismísimo diablo.

Rojo, los ojos con furia, sus manos apretadas igual que su mandíbula y la mirada puesta en Daniel.

Algo muy malo está pasando.

¿Pero que es?

Lo miré por un momento y luego a Daniel.

-¿Que es...

- Cállate y sube a la habitación-no me dejó ni siquiera completar palabra alguna.

Cerré mis ojos un momento y asentí y me sentí tan mariada que casi caigo y lo hice todo se tornó tan oscuro que ya no supe con exactitud nada de mí.

Podía si quiera deciles que sabía sobre todo lo que estaba pasando desde que volvimos a ver clases en el instituto, podía decirles cómo me sentía con toda la situación que estaba pasando... Pero tranquilos sabía perfectamente la basura que era así que eso no era de preocuparse, y tampoco me importaba para nada cambiar eso, seguiría viviendo así ya había aceptado todo esto, cuándo acabará la preparatoria iría a la universidad y talvez con el mismo papel de ahora, luego ejercía mi carrera como una de esas secretarias feas en las peores empresas existentes y viviría en el sótano de mi casa con muchos gatos y gorda tras la pantalla de un televisor viejo viendo animes y comiendo comida chatarra hasta engordar y morir de sobre peso por un paro cardíaco.

Simple...

La vida era cruel, tenía una crueldad que disfrutaba a más no poder conmigo. Porque ahí estaba y ahí seguía.

En cuanto abrí los ojos me levanté tan agitada como si hubiera salido de un coma en el que había estado por años, a luz chocó contra mi rostro sin compasión y lo borroso de todo me hizo pestañar a más no poder. Entonces escuché voces.

-¡Peyton!..

Y no solo eso, ví sombras.

-¡Raton!..

Más voces familiares de hay no podían ser.

Kei y Andrew...

-Que...-Y entonces vomité...

-Asquerosa-Escuché la queja de Andrew.

No estaba bien, no estaba para nada bien.

-No le digas así, y pásale los lentes-escuché que le dijo Kei.

¿Porque no se largaba?

¿Que hacía ella aquí?

-A mí no me órdenas nada- le contestó amargo.

NERD [1] ✔️[Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora