"¿Por qué el destino tiene que ser tan cruel?
Dice que me ama y que hasta daría su vida por mí...
Pero...
¿Quién eres? ¿Por qué no me acuerdo de ti?
Quisiera poder recordarte"
Esos son los pensamientos de Albert, un chico tímido y asocial, que descu...
Cap 2_"UNA SEMANA CON MEJILLAS FLAMEANTES (PARTE 1/2)"
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Era Domingo 16 de Diciembre por la mañana, Al despertar me extrañó no ver a Albert, le di un ojo al despertador, eran las 9 de la mañana y me había levantado para ver si encontraba a Albert, lo busque por toda la casa y al ya estar seguro de que no estaba decidí preguntarle a su madre, ella me dijo que se iba ido a caminar hace aproximadamente media hora, así que me cambie, desayuné en casa de Albert y salí a ver sí por mera casualidad me topaba con él.
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Camine media hora sin rastro del Peli-Negro por ningún lado, ¿Ah donde rayos se va un Tsundere amargado a estas horas de la mañana?, No es que haiga mucho que hacer en este país mediocre, con todos eso precios hasta las nubes, Le doy una patada a una roca...Cuando de repente escucho una queja muy familiar y al subir la mirada me encuentro a mí Tsundere amargado.
-¡EYYY!,¡Pedazo de Baka...!.-Cuando me mira un poco sorprendido y sobándose la cabeza, por aquel golpe con esa piedra que patee.-Bfff, Baka.-Poniendo los ojos en blanco y cruzándose de brazos.-¿Como no me imagine que aquel golpe con esa estúpida piedra fuiste tú?, Es que cada vez que me pasa algo malo es cuando estás a mí lado.-Me mira sin mucha expresión en el rostro.-¿No podrías ser más cuidadoso con lo que haces?...No quisiera tener un golpe en la cabeza por tú culpa.
-Suspire, valla que si me quiere ¡tanto!, Al menos yo no abandonó a las personas a su merced.-Si perdón por eso.-Me acerqué a él.-Me dejaste solo en tú casa, ¿Por qué no me levantaste?, Te fuera acompañado.-Hice una cara de perrito abandonado, es que sí me abandono a mi merced.
-¡¿Ah?!.-Me miró sorprendido.-Yo te intenté parar como diez veces pero tienes el sueño pesado, me aburrí de intentar ya que era un caso perdido y me fui a caminar un rato.-Colocándose los auriculares y metiendo sus manos en el bolsillo del pantalón.-¿Caminamos un rato?.
-Claro.-Le asentí y me coloque a su lado para empezar a caminar por la plaza, valla así que sí intento levantarme, ¡No me abandono a mí merced!, Grité por dentro como un niño.-¡Oye!, ¡¿Quieres comprar un helado?!.-Le sonreí esperado su respuesta, Puedo decir, que aunque no hable mucho y me trate indiferentemente su compañía es muy agradable, se que no es lo mismo que siente él más que tratarme como si no le importara nada, Sigue siendo muy cálido estar a su lado.
