N/a Advertencia, capítulo lleno de modismos Argentinos. COMENTENME si se les dificulta la lectura, para arreglarlo en futuros capítulos.
Dedicó este capítulo, especialmente a mi papá, por estar ahí siempre para mi, sonriendo y bromeando aunque estuviera destrozado."— Bueno, aquí es.— dijo la menor con una sonrisa nerviosa mientras desabrochaba su cinturón y se apresuraba a bajar del vehículo recién estacionado.
No se molesto en esperar a los demás, estaba demasiado ansiosa como si no hubiese visto a su familia en años, cuando tan solo habían sido dolorosos seis meses.
Se apresuró a subir los escalones para finalmente tocar la puerta varías veces, olvidando por completo hacer el saludo especial que tenía con su padre y hermano.
Desde dentro de la casa, el pequeño de cabello rizado era el que más cerca se encontraba de la puerta, viendo caricaturas.
— Ciro, hijo, abrí la puerta, por favor.
Rodando los ojos, molesto por la interrupción, dejó el jugo en la mesa ratonera levantándose de la comodidad que los cojines le ofrecían.
— ¡Ya voy!— gritó hacia ambas partes. Arrastrando los pies, se tomó su tiempo para llegar a la puerta, quitó el cerrojo de la llave y abriendo por fin la madera, sorprendiéndose totalmente por lo que sus pequeños ojitos veían.
— Ciro...— fue lo único que pudo decir la morena antes de que el niño saltase en sus brazos comenzando a llorar escandalosamente al igual que su media hermana.
— ¡Estás acá! ¡Realmente estás acá!— gritaba extasiado entre sollozos el menor.
La de piel oscura apretaba el pequeño cuerpecito a su alrededor, llorando de igual forma.
— Acá estoy, estoy con vos Bebito."
La anciana de azules ojos, se apresuró a llegar a la puerta, sin creer lo que sus ojos veían.— ¡Rosa!— exclamó apresurándose a ir a abrazar a su amada nieta.
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|Traduccion en comentarios.|
Reunidos en la mesa de la cocina la señora Amparo les sirvió a todos algunos fiambres con gaseosa, mientras trataba de entender toda la historia juntandola con la que le había dado su nieta por teléfono cada vez que llamaba.— Entonces ustedes cinco están andando con ella.— inquirió de manera lenta, señalando a cada uno y luego a su nieta.
— Yes ma'am.— respondió Ethan entendiendo apenas, y recibiendo una mirada confundida de la mujer.
— Voy a suponer que dijiste que sí.— la anciana llevó sus orbes castaños al rostro de su nieta, exclamando en broma— ¡Ay, Rosita! Cuando te dije que te dejarás lo lesbiana, no era que te fueras tan a la mierda, amor.
La menor negó con una leve risita— ¿Y mis papás, Abue?.—preguntó inquieta la morena, quien llevaba a su hermanito menor en su regazo mientras ambos comían jamón crudo.
— Tu hermana está por nacer. Así que fueron a internar a tu mamá. Viene en un rato tu papá, no quiere dejar tanto tiempo a Ciro solo.—explicó la mujer.
— Y.... ¿No sabes si mi mamá.... sigue enojada conmigo?.— inquirió con cierto miedo.
La mujer se le quedó mirando pensativa —Mi vida, ella no esta enojada. Solo que es medio estupida, no sabe cómo manejarse a veces, las hormonas la hacen volverse loca.— aquello no tranquilizo para nada a la joven, por lo que la anciana procedió a tomar las manos de su nieta— Ella no va a cometer el mismo error que yo Rosa, te lo prometo. Ella jamás te rechazaría.— dijo con cierto dolor en su rostro.
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Los Hermanos Taylor. Primera Temporada|Universo compartido #2| EN EDICIÓN.
Teen FictionSabía que los problemas parecían perseguirla, pero no creyó que llegaría a tal magnitud. No llevaba ni un año de haber llegado a Nueva York , para estudiar, y ya se había metido en una "situación". Una tan grande, que sospechaba que pronto se volver...