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capítulo seis Que los dioses, y la Fuerza, los acompañe.
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❝ Las referencias son lo máximo. ❞
ೃ⁀➷❑┊samantha garcía.
Percy y yo habíamos decidido ir un momento a la costa, a tomar algunas latas de Coca-Cola y a relajarnos un poco.
Aunque el toque de queda había tocado hace mucho, fuimos a mi cabaña con todo el silencio posible y buscamos un paquete de papas en las alacenas, y cuando encontramos uno que nos conformó a la vista, yo tomé una colcha fina de mi habitación, y mi horquilla que estaba en la mesita, dejando mi lazo y mi arco que Percy me había devuelto en la mesada de la cocina, que gracias a mi madre estaba lejos de la de Sabrina, que debe de haber estado dormida, y fuimos en silencio hacia la playa.
Pero Percy había dado un portazo sin darse cuenta.
—Cállate —le exclamé en susurró, y él apretó los dientes siseando, en esa característica mueca.
A lo lejos se escuchó el movimiento de un arbusto.
>> Maldito Tántalo —susurré. Me acomodé la colcha atada como si fuera una capa en mi cuello, me coloqué la capucha y fuimos con Percy en silencio sepulcral hasta la costa.
Cuando llegamos, extendimos la colcha encima de la arena, junto con la toalla para colocar el paquete de latas de Coca-Cola. Tomamos una lata cada uno y abrimos el paquete de papas, comiendo y mirando el movimiento del agua en silencio, con la majeda brillando sobre el río.
