IV

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–He intentado con amores heterosexuales, pero por lo general terminó sintiéndome incómodo y la relación no funciona–. JiMin hizo un leve puchero–. Y desde hace tiempo he sentido atracción por hombres, mi ex novio por ejemplo–. Miró a YoonGi sonriendo–. En resumen, soy homosexual. No tengo buenos recuerdos de relaciones amorosas con mujeres así que prefiero a los hombres.

–Te preguntaría sobre tus ex parejas, pero la gente suele terminar llorando mientras habla de eso así que prefiero no tener que consolarte–. Se estiró, haciendo que algunos de sus huesos sonasen. Fue detrás de la barra de bebidas para dirigirse a la caja registradora y recoger parte del dinero que había–. A decir verdad, para una relación amorosa preferiría a un chico. Pero si se trata solo de una noche de pasión, me decantaría más por alguna mujer a la que le gustase que varios hombres la azotasen.

Park rió suavemente.

–No, no. Con esos temas no suelo ser sentimental, una vez que dejas a alguien es para ya no “sufrir”. No entiendo a ese tipo de personas a las que les preguntas “hey, ¿qué pasó con él/ella?”, y terminan llorando para finalizar con un “pero ya l@ superé”–. Rodó los ojos–. Y... Parece que tienes un fetiche con los azotes, ¿eh?– Dio una leve sonrisa ladina.

Min alzó levemente una ceja al escucharle a la vez que sonreía al ver la cantidad de dinero que había.

–Aunque no seas de esa forma tampoco me interesa mucho tu vida sentimental–. Sacó la billetera de su pantalón para guardar más de la mitad del dinero de la caja–. Y no tengo un fetiche solo con los azotes. Cualquier cosa que implique sadomasoquismo me gusta. Ahorcamientos, cortes, ataduras de cabello, manos y piernas... Soy de esa clase de personas a las que les excita ver sufrimiento o sangre.

Los ojos del menor se abrieron al escuchar lo último que YoonGi había dicho. Tragó saliva algo nervioso tras recordar el hecho de que se quedaría en su casa y cómo prácticamente se dedicaría a complacer deseos y fetiches ajenos (en este caso, los suyos), se había puesto un poco (bastante) nervioso. Se rascó la nuca mientras miraba al piso.

–... Mmm... Ya veo.

El pelinegro miró de reojo al chico y dejó escapar una leve risa al verle.

–Tranquilo chico, sólo hago esas cosas si me lo permiten. No me gusta forzar a la gente a hacer algo que no quiere... Al menos en temas de sexo–. Cerró la caja y guardó la billetera antes de servirse una copa de champagne.

El rubio puso su mano en su pecho y un suspiro de alivio se escapó de sus labios por la aclaración.

–Ah, bien, ya comprendo–. Sonrió levemente.

El mayor volvió a reír y dio un trago a la bebida mientras miraba al menor.

–¿De verdad pensabas que yo iba a forzar a alguien? No, gracias, prefiero no acabar entre rejas.

JiMin rió suavemente.

–Tiene sentido–. Iba a sentarse en el sofá, pero apenas lo hizo, un leve pero agudo dolor recorrió su trasero y cadera. Soltó un pequeño jadeo, producto de la reciente reacción. Solo rió muy bajo mientras intentaba disimular.

El pálido sonrió levemente al ver cómo reaccionaba JiMin al sentarse.

–¿Quieres tomar algo? Aún quedan un par de horas para que acabe la fiesta–. Preguntó mientras sacaba algunos aperitivos de las estanterías.

–¿Hmm? Claro–. Sonrió de morros casi infantil. Acomodó su camisa de la parte que dejaba ver su abdomen. De algo habían servido tantas dietas y horas de gimnasio. Sonrió con ironía.

Min dejó varios platitos con embutidos y fiambres en la barra y sacó una copa para ponerla frente a uno de los taburetes.

–¿Alcohol, refresco...?

Stripper |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora