( ✓ ) ⿻ después de él, josh richards.

𝟬𝟱. ━━ 𝖺𝖿𝗍𝖾𝗋 𝗁𝗂𝗆.

A la mañana siguiente me he puesto algo... diferente, supongo.

Me he puesto: unos jeans de mezclilla, una blusa gris y como me siento muy desnuda, una chamarra azul. Mi cabello va suelto y me he hecho algunas ondas en las puntas.

Bajo y mi mamá ahoga un grito al ver lo que llevo puesto.

—¿Por qué te has puesto eso? —pregunta. Era obvio que me iba a criticar.

—Pues... nada más. —le sonrió, invitándole confianza. Aunque, no hay suerte.

—Vete a cambiar. —ordena y agarro una fruta del frutero.

Niego con la cabeza.

—No, no me cambiaré, me gusta así. Ya me voy porque se me hace tarde.

Antes de que pueda decir algo, me salgo corriendo y me voy a pie.

Cuando llego, voy directamente al salón, como siempre.

Desearía no haber hecho eso, Josh está ahí, como ayer, en su misma postura. Nos vemos y me doy la vuelta lo más rápido que puedo, no hay suerte de escapar.

—Estás... diferente. —dice.

Me sonrojo.

—Hola. —sonrío.

«Basta, _____, no le hables, no le sonrías», dice una vocecita en mi interior.

—Mira lo bonita que eres sin esa horrorosa falda. —me dice y ahora tengo la cara roja como jitomate.

—Eh... gracias... —digo volteándome para no permitirme verlo mas.

Está siendo amable. Que fantástico.

—¿Sigue en pie lo del trato? —pregunta volviéndose a sentar como estaba cuando había llegado. —Ah... pues, no lo sé. Tú lo dijiste. —le recuerdo.

—Esta bien, lo conseguiré y puede que consiga algo más... ¿me besas antes de que lo consiga? —se me acerca y sonríe.

Sabia que no duraría su amabilidad. —Estas idiota. —digo y me salgo del salón.

Obviamente no me sigue y no me importa si lo hubiera hecho.

«Miento». —¿He dicho algo malo? —pregunta gritando, casi.

—¡Oh, claro que no! —respondo sarcásticamente.

—¿Y a _____. No dije nada malo, solamente te dije que si me podías besar. —se encoge de hombros como si pedirle un beso a una completa extraña fuese lo mas normal del mundo. —No, no me hables, Josh. —me doy vuelta para verlo.

–No puedo, quiero hablarte y eso haré. –es insoportable.

—¡Basta, Josh! ¡No quiero que me hables! —grito, todo el mundo se ha volteado para verme.

Les sonrió a modo de disculpa. —Tranquila, sólo quiero que nos conozcamos, ¿si? —propone.

Me trago todas las advertencias de mi madre y cedo. Ni siquiera reconozco mi voz: —Esta bien, si lo arruinas no habrá segunda oportunidad. —le advierto. —Pues, ahora que somos amigos, ¿hacemos algo mañana? —me pregunta. Me muero por pasar tiempo con él. «No, no, no, no, no. No quiero pasar tiempo con él». —Eh... pues, si quieres. —accedo desconfiada. —Muy bien, mañana nos vemos saliendo de acá, ¿vale? —propone.

No sé si ya me estoy arrepintiendo.

—Sí, me parece bien. —¡Hey, Josh! —grita entonces una voz femenina.

Él deja de verme y voltea a donde lo llaman, su mano se eleva y hace una extraña señal como diciendo: «Ahorita voy». Se vuelve hacia mí y me da un beso rápido en la mejilla, se va.