Capítulo IV: cute.

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Incluso si el silencio reinaba, las miradas discretas que todos se daban entre todos decía más de lo que una oración podía.

Los rumores corrían de clase en clase, loa murmullos en los pasillos cuando aparecían los de primer año no cesaban y todo gracias a su página de confesiones, donde ya algunos users tenían cara y nombre.

Tanto fue el revuelo que estaban causando los chicos de primer año que algunos realmente se esmeraron en descubrir uno por uno de aquellos que solían hacer confesiones diarias, en una misión de caza que algo de miedo les daba a los menores.

Ahora con los chicos de último año solteros, todos querían probar un poco de ellos. Las confesiones no se hicieron esperar, las rechazadas peticiones de citas tampoco, todo era un caos y más para ellos mismos que no sabían realmente por qué de pronto tomaron aquellas decisiones tan drásticas.

No obstante, había alguien en toda la academia que lo estaba pasando peor y la razón era toda la atención que estaba consiguiendo su ingenuo y algo tonto mejor amigo.

―Dios, Luhan, ponte una maldita bolsa en la cara.

―Pero Kyunggie~, ¿Cómo voy a respirar?

―No sé y no me interesa, sólo no quiero que te sigan mirando todos pervertidos.

Luhan se abrazó al brazo de Kyungsoo y comenzó a molestarlo, ronroneándole como un gatito y empujándolo suavemente con la cabeza contra su hombro.

Luhan sería su perdición.

















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Jongin refunfuñaba de camino al gimnasio, lo castigaron en clase por haber sacado el móvil y mensajearse con sus amigos y nada mejor se le ocurrió al profesor que mandarlo a ayudar con la limpieza del gimnasio que a esa hora hacía alguno que otro estudiante saliendo de la clase de deportes.

Al entrar al gimnasio sólo se encontró con silencio y el eco de sus pasos, cosa que le hizo sonreír porque al parecer nadie estaba allí. Se adentró en el lugar para ver si efectivamente estaba solo, pero su felicidad poco duró cuando unos suaves quejidos rompieron el silencio.

―Maldición... ―susurró, rodando los ojos para dirigirse hacia donde provenían los sonidos.

La puerta de la bodega donde se guardaban los instrumentos estaba abierta y una menuda silueta podía distinguirse a lo lejos. «¿Quién manda a un niñato a ordenar la bodega?» pensó con irritación, sabiendo que tendría que actuar amable para ayudar a ese estudiante a acomodar las colchonetas que él parecía estar queriendo mover.

Cuando se para en el umbral de la puerta y el estudiante siente su presencia, este se voltea y Jongin siente cómo el corazón casi se le sale del pecho al ver de quién se trataba.

―U-uhm, ho-hola...

Jongin puede apreciar el rostro de Luhan todo sonrojado ante el esfuerzo que es el mover las pesadas colchonetas, al igual que su respiración un tanto agitada que sólo le trae malos pensamientos a la mente.

― ¿Estás solo aquí?

El menor asiente y Jongin aprieta los puños, de pronto demasiado enfadado con el entrenador.

―Yo te ayudo.

Luhan le agradece en un bajo murmullo y observa cómo el moreno comienza a acomodar las colchonetas, tardándose un par de minutos en dejar todo en perfecto estado.

―Dios, que vergüenza ―confiesa el menor, captando la atención del otro―, yo me habría demorado como una hora en hacerlo. Esas cosas pesan más de lo que me imaginé.

Jongin se ríe y se voltea hacia Luhan, viendo la sonrisa tímida del muchacho.

―Siempre mandan a dos o tres chicos a hacer esto. ¿Por qué estás solo?

Luhan se encogió de hombros.

―Mis compañeros le hicieron una broma al entrenador y ahora están dando vueltas por la cancha, así que me ofrecí a hacer esto para no quedarme de brazos cruzados.

El alto asintió y sonrió, pensando en lo adorable que era Luhan. Podía entender el enamoramiento de Chanyeol por el chico y es que era ridículamente precioso, sus actitudes peculiares y su mirada, su bendita mirada, algo de otro mundo.

―Eres como un ciervo.

Si antes las mejillas de Luhan estaba sonrosadas, ahora toda su cara se encontraba completamente roja y su mirada evitaba la de su mayor, haciendo latir con fuerza el corazón de Jongin.

Se sentía bien causarle algo así a alguien como Luhan.

―Me lo dicen a menudo ―confiesa el menor, mirando de reojo la sonrisa divertida del otro―. Uhm, ¿Por qué no mejor salimos de aquí?

Asintió y ambos salieron del gimnasio, topándose con un lindo atardecer.

―Gracias por la ayuda, Jongin hyung ―los ojos avellanados pestañearon hacia él, dejándolo embobado―, no sé qué habría hecho sin ti.

Antes de que Jongin pueda decir algo, Luhan le sonríe alegremente antes de correr lejos, dejándolo completamente solo.

Hay muchas preguntas invadiendo la cabeza del moreno, sobre todo las que se involucran en las fuertes emociones que sintió mientras estuvo con la presencia de aquel chico de primer año.

«¿Qué me está pasando?»























Confesiones academia Gyeongju (づ ̄ ³)

@Puppypup: Sehun hyung ni me miró cuando le hablé :(

@PinguinoGore: Me irritan esos de último año, ahg.

@SuperLobo: Voten por mí y habrá más confesiones, chicxs que leen ;)

@PequeñoBambi: Estoy tan feliz uwu

@FrambuesasConCrema: @PequeñoBambi está enamoradx :o

@KawaiiCat: Deberías confesarte de una vez @PequeñoBambi u w u

@PequeñoBambi: ¿Debería o///o?

@WildHorse: Si: o

@SadTurtle: ¡Sí!

@PinguinoGore: No.

@Bibidibabidibu: Sisiii~.

@SuperLobo: Voten por mí y @PequeñoBambi se confiesa a su crush ;)

@PinguinoGore: @SuperLobo Creo que no nos estamos entendiendo, amigo.

@SuperLobo: Ayuda D;








@SuperLobo: Ayuda D;

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