capitulo 18

35.7K 3.2K 503
                                        

day is gone - noah gundersen

Mi corazón late con más rapidez de lo normal, lo siento más acelerado y se me es incapaz de pronunciar algo, no porque no quiera decirle, al contrario porque aún no puedo hacerme la idea de lo que sucedió.

- ¿Que sucede hermosa? - vuelve a preguntar y la Serena de hierro que intentaba no demostrarse rota en ese instante abandona mi cuerpo y deja ver a una Serena desecha.

- Perdóname, por favor perdóname - por fin soy capaz de decir algo, mis lágrimas viajan automáticamente por mis mejillas y mis manos se aferran a su pecho.

- ¿Que tendría que perdonarte? - inquiere extrañado.

- Ha pasado algo horrible... - siento como empiezo a temblar en sus brazos y como mi respiración se vuelve inestable.

- ¿Dime que pasa? Me estás asustando - susurra a la vez que toma mi mano.

- Íbamos a ser padres, iba a darte un hijo, perdimos a nuestro bebé.. - sollozo en su pecho mientras él se queda estático ante mi confesión.

- ¿Qué dices? – claramente no es algo que esperaba escuchar de mi parte. Ha quedado con el rostro desencajado, sin creerlo.

Yo tampoco lo creía.

- No sabía que estaba embarazada, perdí a mi bebé por mi culpa, no debí ir contigo. No debí hacerlo..

- No, Serena escucha no es tu culpa. Tranquilízate.

- Tuve un sangrado y después..Oh Dios. Ana y Camille me ayudaron, estaba tan asustada, no sabía qué hacer..- digo mientras el llanto me impide seguir hablando.

- Shh.. no llores, vas a estar bien, no quiero que recaigas. No quiero verte enferma de nuevo.

- No quiero que me vuelvas a dejar sola, por favor no vuelvas a irte - mis ojos cristalinos por las lágrimas se cruzan con los suyos.

- Estoy aquí, como siempre lo he estado, como siempre lo estaré.

- Nuestro bebé se ha ido, yo... quisiera tanto haberlo conocido.

- No pasa nada, no pasa nada mi vida...

Mi vista de repente se fija en su uniforme está manchado de sangre a un costado, es una herida profunda que abarca cerca de su pecho.

- Estas herido..- digo mientras mi mano toca la tela de su uniforme rasgado.

- No es nada importante, no te angusties - dice mientras aleja mi mano de su pecho suavemente-. Vuelve a la cama.

- Déjame curártela - me levanto de la cama pero él me lo impide.

- Serena no, estas delicada.

- Puedo hacerlo - me tambaleo hasta estar cerca de su lado y siento que todo a mi acreedor da vueltas.

- Serena no me hagas esto por favor, ¡Serena!- siento como me desvanezco lentamente en sus brazos y caigo desmayada.

Recuerdo de niña cuando intente aprender a andar en bici, me caí un par de veces y me raspe las rodillas intentando conseguirlo. Me había dado por vencida porque siempre salía lastimada, pero con el tiempo mi tío me enseñó que las caídas eran necesarias para aprender a levantarme y no darme por vencida con lo que quería lograr, al final pude andar en dos ruedas sin ayuda.

Creo que no comprendía aquella comparación como lo hacía ahora. Había caído al suelo no sólo lastimándome, había caído al suelo rompiendo lo único que quedaba de mi corazón.

Lo primero que veo al despertar es la cabeza de Agapios apoyada en mi pecho. Suavemente paso mis dedos por su cabello y él se remueve despertándose de su sueño.

PERFECTO TORMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora