Capitulo 5

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13 beaches - lana del rey

Si besar a Agapios se sentía como viajar a la luna, yo con mucho gusto aceptaría ser su esclava sexual.

Agapios se retira de mi lado y me mira fijamente sonriendo.

- Que fácil ha sido - dice mientras esboza una media sonrisa.

Es un imbécil.

- ¿Cómo se atrevió a hacerlo?

- Fui claro con usted White, le dije que pediría una cosa a cambio.

- Nunca pensé que fuera eso - limpio mis labios con mi muñeca.

- No se preocupe por que reporte lo que he visto, pero voy a pedirle que como castigo se encargue de la ropa sucia de la lavandería.

- ¿Que está diciendo? - mi tono de voz sube colocándolo enojado.

- Claramente es mejor que el haber escuchado que solicitaba coordenadas de en donde realizaríamos la misión cuando está rotundamente prohibido.

- Lo hice para que fuera mejor conocer la base, usted mismo dijo que no sabía a donde nos enviarían.

- No necesita preocuparse por mí, ni menos hacer cosas que no le he pedido. Ocupese de sus asuntos.

Maldito arrogante.

- No voy aceptar lavar la ropa de otros, esa no es mi labor.

- Es eso o que el general Fox se entere de este percance.

Aprieto los puños por que claramente su palabra vale más que la mía.

- Es estúpido y absurdo lo que hace.

- Usted actúa sin pensar en las consecuencias, esto es el ejército no una escuela de primaria en la que le pide prestada la tarea a otro. Si no es capaz de cumplir con su cargo es mejor que lo deje para otra persona que si lo sepa utilizar.

Ni siquiera me permito regalarle mi rostro de rabia y frustración. Tengo ganas de llorar, pero me controlo,ha despertado sentimientos en mí que remueven fibras dentro de mi corazón. Paso de largo mientras empujo su hombro con mi cuerpo.

- ¡Aun no he terminado White!- lo escucho gritar a mis espaldas y me giro furiosa hacia el.

- Ya me ha dicho suficiente - le respondo mientras me limpio mis ojos.

- No tiene el derecho de tratarle así - escucho a Albert por fin decir algo después de tal escena.

- Tú te callas que no estoy hablando contigo, deberías ser más consiente de a quien le trasmites información que es confidencial.

- Déjelo en paz, he sido yo la que le pedí el que me diera la información.

Sigo mi camino mientras corro hasta los camerinos.

Solo me beso porque quería demostrar que tiene control en absolutamente todo. Es una arrogante y pretencioso de primera. Detesto haber sido la estúpida que tuvo que buscarlo para que regresara.

- Qué.. rápido volviste - dice Teresa cuando me ve pasar directo al baño.

Me encierro en este sin decir nada. Todo lo que me ha dicho acerca de dejar el cargo se repite en mi cabeza. Desde que ingrese en las fuerzas aéreas nadie ha creído en mí, nadie más que mi tío, y mis amigos. Todos piensan y tratan de pasar por encima mío creyéndome débil y sin experiencia. He soportado burlas y rechazos de otros. Y aun así nunca me he dado por vencida pero en ocasiones las palabras hacen un hueco en tu corazón.

- Ser... ¿estás bien? - escucho la voz de Teresa detrás de la puerta.

- Lo estoy - digo mientras me sorbo la nariz. Ha este punto me siento patética.

PERFECTO TORMENTODonde viven las historias. Descúbrelo ahora