Capítulo 10

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Era lunes, hora del homenaje.

Podía oír la voz de la directora dándonos las indicaciones de la semana.

Mis pies dolían, no me gustaba mucho estar de pie, y para colmo firme, por minutos.

—El programa de reciclaje está abierto cómo siempre por si les interesa ayudar al mundo con la ecología, y cambiando de tema, los profesores, el comité de alumnos y la dirección estamos organizando una salida creativa en el cual todo el instituto irá, claro con el permiso de sus padres primero.

Todos comenzaron a murmurar acerca de la salida.

—El comité de padres y alumnos decidieron que iremos a un campamento, en donde podrán admirar la belleza de la naturaleza.

A la mayoría de los alumnos se alegraron al oír a la directora.

La verdad no es mala idea.

—Sólo necesitaré sus permisos y después todos podrán ir —Dijo la directora.

🐼

—¿Vas a ir? —Preguntó Eva caminando a un lado mío.

—Sí, cómo soy la asistente de Miranda es obligatorio, además mi mamá me dejará ir —Dije.

—Bueno, mi madre... No lo sé, tal vez no me deje ir —Reaccionó Eva.

Vi como Harold se acercó a nosotras.

—¡Hola! —Saludó Harold.

—Hola amor —Dijo Eva y se acercó a Harold plantándole un beso en la mejilla.

Yo los vi con una mueca pintada en el rostro.

—¿Vas a ir al campamento? —Preguntó Eva tomando las mejillas de Harold en sus manos.

Miré a otro lado y después decidí irme, ya no tenía nada que hacer aquí, caminé hacia mi salón, quizá Miranda me necesitaba, y prefiero ir ahora antes que me grite.

Abrí la puerta y vi algo que me asustó un poco.

¡Miranda y Dylan se estaban besando apasionadamente!.

Lanzaban jadeos y sonidos lascivos, de hecho, parecía que se estaban comiendo entre ellos, mis mejillas comenzaron a arder de vergüenza, así que cerré la puerta y me fui, qué bueno que ellos no se dieron cuenta de mi presencia.

Pero lo peor de todo.

¡Es que mientras se besaban ellos estaban sentados en mi butaca!.

🐼

—¿Para eso me llamaste? —Preguntó Enrique mirándome como si fuera una estúpida.

—¿¡No oíste nada de lo que dije!?, estaban en MI butaca —Repetí mientras recalcaba la palabra "Mi".

Enrique rió un poco —Pero Celeste, eso es normal.

Corté mi bolillo con un cuchillo y después miré a Enrique —Tal vez sea normal, pero no debieron haberse besado en mi butaca -Dije para después suspirar y comer un bocado de mi pan.

Estábamos en mi casa y había llamado a Enrique para contarle acerca de lo que paso.

—Un segundo... Celeste, ¿estás celosa? —Preguntó Enrique.

Por un momento creí que iba a escupir mi bolillo de la impresión.

—¿Qué? ¿Yo, celosa?, ¿De qué? —Pregunté fingiendo confusión, aunque tenía claro lo que me dijo.

Los Tres Amores De Celeste ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora