—¡Aristóteleees!, ¡Aris!, ¡ARISTÓTELES! —doy un salto en mi cama, despertándome esa voz escandalosa.
Abro los ojos y me encuentro con la figura de mi papá y de Arquímedes.
—Hijo, ¡Córrele! Ya casi nos vamos —dice mi papá quitándome la cobija.
—¿Qué? ¿Adónde? —le pregunto confundido.
—Pues al balneario del que habíamos platicado el otro día en la comida con mi mamá Aristóteles, vamos a ir todos los Córcega —me dice con emoción.
—Sí, ya voy, deje bañarme rápido y alisto mis cosas —le digo mientras tomo una toalla y mis bóxeres.
Me doy una ducha rápida y alisto mis cosas para ir a la sala con mi familia.
—¿Te pasa algo Aris? Tienes los ojos muy hinchados —me menciona mi mamá.
—No, no, es por despertarme rápido, solo eso —le respondo apresurado.
Obviamente no quiero contarle a nadie que anoche lloré como nunca antes de dormir.
—Bueno, entonces... ¡vámonos! Que un chapuzón nos espera —dice mi mamá mientras toma sus cosas y salimos del departamento.
Al bajar las escaleras nos encontramos con los López, al parecer los niños no fueron a la escuela y llevaban cosas como para un balneario... No puede ser ¿Dónde está Temo?
—Buenos días —habla Pancho mientras baja con nosotros.
—Buenos días —respondemos al unísono.
—Oiga Pancho ¿Y Temo? ¿No va a ir? —le pregunto algo nervioso.
—Claro que simón Aristócles, se quedó arreglado unas cosas, no tarda en bajar —asegura Pancho mientras llegamos donde están todos.
Veo que llega Temo después de nosotros.
—Hola Temo, así que no fueron a la escuela —le indico levantando las cejas.
—No, Papancho dijo que era para conocer más de los vecinos y pedimos permiso para faltar —me dice mientras deja sus cosas en el suelo—. Oye ¿Qué te pasó en los ojos?
—Nada grave, solo me desperté demasiado rápido —le argumento.
—¡Chicos!, ya nos vamos —grita Linda y nosotros asentimos.
—Oye ¿Cómo se llama ella? Es que solo la he visto una vez y soy muy malo con los nombres —me informa.
—Se llama Linda, es mi prima, mi prima favorita —le respondo con una sonrisa.
Llegando al parque me fui a los vestidores con Temo. Esperábamos a que se desocuparan los cubículos.
—Ya, al chile, ya me quiero ir a nadar —denota Temo mientras se empieza a quitar su playera.
—¿Q-qué haces Temo? —le pregunto con un leve sonrojo.
—Pues me estoy cambiando ¿No ves? —me articula quitándose el pantalón.
Siento cómo mi piel empieza a arder, me le estoy quedando viendo como un bobo y empiezo a sentir algo despertar en mi pantalón. Afortunadamente alguien desocupa un cubículo y me meto a él rápidamente.
—Perdón Temo, pero me toca a mí —le digo desde adentro.
—Me vale, yo ya acabé, te espero afuera —lo escucho mientras se va.
Cuando salí de los vestidores no lo encontré, así que me fui con la familia. Veo cómo Pancho le está poniendo bronceador a Temo, se ve tan bien.

ESTÁS LEYENDO
Me enamoré de ti: aristemo
RomanceUna historia de amor narrada desde la perspectiva de Aristóteles Córcega, un adolescente de 15 años que vive con su familia en Oaxaca, México. Él es un adolescente común: juega básquetbol, va a la escuela, duerme, etcétera; además es influencer, ca...