Capítulo 3

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Él asiente al tiempo que llega don Pancho con un recogedor. Don pancho se dispuso a juntar el pastel sin necesidad de que le pidiéramos ayuda, se ve que es muy buena persona.

—De verdad qué pena don Pancho, pero la invitación a la comida sigue en pie. Le prometo que algún día le recompensaré esto —lo dice con una voz triste.

—No hay necesidad doña Blanquita. Además, la comida lo compensa, porque a todos los López nos ruge la tripa con el viajezón que nos echamos, ¿sí o no Temo?

—Simón Papancho —le responde tocando su abdomen.

—Bueno, entonces aquí los esperamos, que pasen buen día, vente Aris —dice mi tía haciendo una seña para que fuera con ella.

—Adiós Temo, nos vemos al rato —le digo mientras agarro mis rizos en mi cabeza.

—Sí Ari, hasta entonces.

Mi tía Blanca y yo nos vamos de ahí para dirigirnos al departamento.

Estoy un poco ansioso, sé que pronto llegarán los López a la comida con los Córcega. No sé por qué me esmeré en arreglarme, solo era una comida.

Me causa curiosidad conocer a esa familia, ya que, por lo que me contó mi mamá, hay otros dos niños más o menos de la edad de Dave, el hijo de Robert (Juan Pablo) y Julieta. Pancho es muy simpático, su risa y su forma de hablar son únicas; y Temo, sé que lograremos ser muy buenos amigos, es de mi edad y un poco más bajo que yo; además está guapo, digo, sé reconocer cuando una persona es fea o guapa, pero siempre quiero hacer énfasis con Temo, él es diferente a los demás, siento que... No Aristóteles.

Me levanto del sillón en el que estaba y en eso tocan la puerta, iba a abrir yo, pero Frida se adelantó.

—Hola ¿Ustedes son los nuevos vecinos? —les pregunta con su característica sonrisa

—Así es, somos los López —le responde Pancho.

Mi tía Blanca y mi tío Eugenio se acercaron con Frida, mi tía Blanca tomándola de los hombros.

—Muy buenas tardes don Pancho, pasen, por favor —dice mi tía Blanca haciendo una señal para que todos pasaran.

—Siéntanse cómodos, como en su casa —añade mi tío Eugenio.

Ya estando en la comida, entre risas, plática y carcajadas, Daniela, mi prima empezó a hablar.

—Bueno, ¿y por qué se vinieron desde Toluca para vivir aquí en Oaxaca?

Veo cómo mi mamá le dio un codazo discreto, volteo hacia los López, los niños pequeños miran desconcertados a su papá y no dicen nada, formando un silencio incómodo.

—Bueno, hay que seguir comiendo —sugiere mi tía Blanca con una sonrisa forzada.

Después de acabar de comer, veo que Temo sale del departamento con el celular en la mano, me espero un tiempo y yo también salgo.

−Hola —le hablo. Él está sentado en las escaleras, así que me dirijo hacia él.

—Hola —me dice con un tono un poco cansado

—¿Te sientes bien?

—Sí, solo que ha sido un día muy largo, gracias por preguntar —me responde con una sonrisa.

—Qué te parece si vamos al parque, uno que está aquí cerca —le sugiero.

—Estaría perfecto, así conocería un poco Oaxaca, deja voy a pedirle permiso a mi Papancho —me indica mientras se para y va hacia la puerta del departamento.

Me enamoré de ti: aristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora