Al subir las escaleras, me encuentro con mi prima Linda. Solo quiero llegar a mi casa para lo que me tenía que decir mi mamá. Además sigo algo triste por mi plática con Julieta y posteriormente con Robert sobre mis preferencias, pero no quiero ser descortés.
—Hola Aris —me dice con una sonrisa, pero se le desvanece al ver mi cara triste y acercándose para darme un abrazo.
Me gusta como Linda sabe lo que tiene que hacer sin necesidad de que le digan, en serio necesito tanto esto, quiero dejar de llorar. Yo no era así, nunca pensé que lloraría de esa forma y más por amor, odio a Temo por no ser gay y me odio a mí por amarlo.
—¿Quieres ir a algún lugar? —me sugiere.
—Sí, me encantaría, pero primero tengo que ir a mi casa —le menciono mientras subo las escaleras.
—Va, aquí te espero en 10—me denota bajando las escaleras.
Cuando llego, noto que mis papás se están arreglando para algo, pero no sé para qué.
—¡Aristóteles!, qué bueno que llegas —me exclama mi papá—. Tenemos que hablar contigo.
—Sí, hijo, siéntate —me dice mi mamá tomando una silla y sentándose.
—Bueno, lo que pasa es que hoy por fin publicaré mi libro, sabes que hubieron algunos problemas en la imprenta el mes pasado, pero ahora ya es seguro —me menciona con una sonrisa.
—A lo que quiere llegar tu papá, es que Arquímedes se quedará con tu abuela —me informa extendiendo su mano con la mía—. Por lo tanto, tendrás que estar solo en la casa por la noche, porque tu papá y yo llegaremos hasta noche, sino es que hasta mañana, que es lo más seguro —me añade.
—Pues felicidades papá —le digo con un ademán sonriente y dándole un abrazo corto—. ¿Ya se van?
—No, hijo, nos vamos como a las 7:30 —me responde mi papá.
—Bueno, qué bueno, porque ahorita voy a salir con Linda —les exclamo con una sonrisa fingida.
—Bueno hijo, pero vienes para despedirte de nosotros —me manifiesta dándome un beso en la mejilla.
—Sí, hijo, que te vaya bien —me denota mi papá.
Cuando llego al lugar de encuentro, veo a Linda un poco arreglada y casual. Yo ya estaba arreglado por la salida con los Oppas; así que no tuve necesidad de volver a hacerlo.
—Bueno, vámonos Aris —me divulga tomándome del brazo.
—¿Adónde vamos?
—Ya verás Aris —me responde con entusiasmo.
—Bueno, pero antes de las 7:30 —le informo mientras la sigo.
Llegamos a un lugar un poco concurrido, era un parque un poco lejos del edificio, pero muy bonito por sus fuentes y áreas verdes.
—Bien ¿Quieres algo? ¿Un helado? —me menciona caminando hacia el puesto de helados.
—Sabes cómo agarrarme —le denoto con una sonrisa yendo con ella.
—¿De qué lo quieres Aris?
—De chocolate, por favor.
Cuando nos dan los helados, nos vamos a sentar en un espacio alrededor de una fuente y comenzamos a degustarlos.
—¿Y cómo vas con Temo? —me articula Linda después de acabarse su helado.
¿Por qué todos van con lo mismo? ¿Cómo es posible que Linda también sepa de eso? Entonces lo recuerdo: >>Todavía no se conocen muy bien, cuando pase tiempo, te darás cuenta de lo que pasa, pero yo sé que solo te haces el sordo Aris<< Linda siempre supo desde que lo conoció, yo veía de una forma muy especial a Temo, ya que le contaba siempre de él y, como lo dijo ella, solo me hacía el sordo.
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Me enamoré de ti: aristemo
RomanceUna historia de amor narrada desde la perspectiva de Aristóteles Córcega, un adolescente de 15 años que vive con su familia en Oaxaca, México. Él es un adolescente común: juega básquetbol, va a la escuela, duerme, etcétera; además es influencer, ca...