"E incluso si me tiras por la ventana, me haces daño o me golpeas, me maldices o me odias, me atropellas o me haces pedazos.... No servirá de nada, porque ya me he enfrentado a algo mucho peor: a mí mismo".
La Luna reinaba en el cielo, siendo brillante y atractiva como siempre. Mark jugaba con una figura de acción de Darth Vader que gano a los diez años. Comprobó el reloj de la pared por la décima vez sólo en solo un cuarto de hora y suspiró agonizado. DongHyuck prometió que volvería tan pronto como fuera la hora de cerrar la habitación de medicamentos, pero no había señal de que el volviera.
Jisung había pasado más de diez veces por aquel corredor; sentado en una silla de ruedas y siendo llevado por aquel mismo moreno extraño. Mark no estaba sorprendido, pero fue incómodo verlo tan muerto y tan negativo.
- ¡Mark! - finalmente el idiota del Haechan apareció - Mark, cierra todo ahí. Espera ¿ya todos recibieron su medicamento? - él chico parecía tener prisa.
Lee chequeó toda la lista y leyó todos los "OK" en rojo que él mismo escribió a lado de los nombres, junto con el tipo de medicamento y la dosis correspondiente.
- Sí - agito la cabeza.
- ¡Bien! Cierra la puerta con llave y no tardes en salir... Al parecer hay una pelea o algo así, tal vez una crisis, no lo sé... Oye, ¿qué haces ahí parado? ¡Vamos! - un imprudente Haechan salió corriendo sin pensar con claridad en lo que podría hacer.
Mark salió de la pequeña habitación jalando la puerta para cerrarla. Cuando tomo la llave que DongHyuck le había dado por la mañana, sintió una mano en su hombro alejándolo de allí.
- ¡Oye, suéltame! - pidió, alejándose del supuesto amigo de Jisung.
- Te necesitan en el jardín - advirtió, y por la pronunciación del extraño, pudo percibir que no tenía el coreano como lengua materna - Es asustadizo cuando una crisis ocurre... ¡Déjame cerrar y ve!
Fue entonces cuando Mark recordó el nombre que había leído en su expediente. Se llamaba Huang RenJun y, como tal, no era coreano. Lee sintió que podía confiarle la llave, pues sus ojos le parecían sinceros y no tenía motivos para romper su palabra.
Mark pensó eso.
Por aquella razón, dejó la llave con Huang y corrió hacia donde todos se dirigían. Y más tarde, quizás, se daría cuenta de que no debe confiar en nadie, ni en su propia intuición.
Mark debería saber que la mente humana juega demasiados trucos, nos confunde y nos hace creer demasiado en cosas inimaginables.
°°°
Se suponía que debería estar durmiendo, pero el despertador de la medianoche sonó y se vio obligado a levantarse. Pensó que Haechan había inventado esa cosa de despertarse en medio de la noche para comprobar que los medicamentos estaban a salvo, era pura tontería o para molestarlo porque, aparentemente, los dos no se habían llevado bien entre sí, siempre dirigiéndose el uno al otro con sarcasmo y falsos aires.
DongHyuck era el más joven, pero sabía lo que Mark no sabía de aquel lugar y de aquellos pacientes. Sin embargo, le mostró "autoridad", como si Mark tuviera que hacer todo lo que él quisiera. Lee quería darle un puñetazo en la cara.
No, en realidad no quería. Pero su humor era comparable al de un viejo gruñón cuando se despertaba en medio de un sueño profundo, por lo que estaba tan enojado con DongHyuck y sus estúpidas órdenes. ¡Todo era culpa de él!
¡Mark se estaba volviendo loco! Parecía un borracho en el pasillo, sosteniendo una linterna, ya que no podía y ni tenía el permiso para encender todas las luces. Somnoliento y cansado, trato de ubicar el pasillo de la sala de medicamentos.
La llave estaba sobre el balcón de la escotilla, fue allí donde la colocó RenJun. Tocó el metal helado y suspiro de alivio al sentirlo contra su piel. No tenía nada que ver más que aquel oscuro y aterrador pasillo.
Entonces, un simple ruido llamó su atención dentro de la sala. La escotilla estaba cerrada, sin embargo, podía comprobar que todo estuviera bien si abría la puerta.
Su mano tembló cuando tocó el pomo de la puerta, pues las historias macabras de su infancia cobraron vida en su cabeza y le hacian creer en monstruos nocturnos que chupaban el alma.
Cualquier cosa, como dijo Haechan, podría apretar el botón del pánico, el cual hacia que las luces parpadeasen y emitieran un sonido repetitivo en cada pasillo, alertando a todo el mundo que un peligro estaba sucediendo.
Así que, en caso de que algo estubiese sucediendo ahí dentro, él no dudaría en apretar aquel botón dentro de la habitación, sólo para asegurarse de que todos vendrían al rescate.
Tragó en seco y giró la perilla. Tenia miedo y lo admitió ante sí mismo. Un suspiro de alivio escapó de sus labios cuando la luz de la linterna encontró pies humanos dentro de la habitación.
Fue entonces cuando Mark Lee, a salvo, decidió encender la luz de la sala de medicamentos, y fue allí donde gritó, horrorizado, cuando vio quien yacía en el suelo entre tantas pastillas. Su mano alcanzó el botón del pánico, apretandolo varias veces.
Era aterrador. Las luces parpadeaban y un sonido de alerta de peligro resonaba por todas partes. Cuando todos los médicos y enfermeras llegaron, no sabían a quién rescatar primero: a Mark, el cual estaba a punto de desmayarse por el pánico; o a Jisung, el hermoso y joven niño quien iba camino a la muerte allí mismo.
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PANIC ROOM - MarkSung [Continuará...]
Fanfiction"Bienvenido a la habitación del pánico, en donde tus más oscuros miedos vendrán por ti" Esta historia es una traducción y cuento con el permiso del autor para su publicación. Autor: @TheLastPendragon. Historia original: https://my.w.tt/pC6Cu8qWcS