Sick

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"Dicen que la vida está hecha de momentos felices y tristes.... Pero yo todos los días me pregunto: ¿Dónde están mis días felices?"

A la edad de diez años, puedes tener una visión diferente del mundo, dependiendo de la madurez que tengas. Sabes lo que es la muerte y lo que es la vida, pero creo que estabas más enfocado por cómo Max Steel salvaría el día. La única cuestión era en cómo se ocupaba de ello.

Tomemos otro punto. Pensar mal de alguien es algo relativamente serio. Pero pensar mal de alguien y hacerle algo malo a ese mismo alguien, si que es una cuestión. Lo mismo es la vida.

El mundo real no espera avances o cambios; estos se dan naturalmente. Si tomas una hermosa flor y piensas en cortarla, la estarías matando y no le demostraras el amor que le tienes. Pero si la riegas y la cuidas todos los días, le estarías demostrando tu amor. Lo mismo es la vida.

- La habitación del pánico es sólo para personal autorizado - aquella misma mujer esquelética, llamada Kim Haewon, advirtió a Mark cuando intento acercarse a la puerta.

Entonces sus sospechas fueron confirmadas: esa era la habitación del pánico. Solo faltaba saber el porqué del nombre, aunque era un poco obvio. Emergencias.

- ¿Y no lo soy? - se alejó de aquella enorme y pesada puerta caminando hacia la mujer.

- Absolutamente no - su expresión era de lastima.

- Entonces... ¿cómo puedo ver a Park Jisung? - la ansiedad en su voz era tan grande que incluso temblaba.

- Bueno... - la mujer reviso el porta papeles en su mano - Creo que mañana o pasado mañana.-

- Pero necesito hablar con él ahora - volvió a decir.

- A menos que lo envíen a su habitación - suspiró pesadamente – en unas horas te buscare Mark, no te preocupes.

La monotonía de la sala de medicamentos se hacía cada vez más intensa. Las paredes a su alrededor le sofocaban, los medicamentos en cada rincón que miraba le hacían recordar el cómo había encontrado a Jisung en la madrugada.

Estaba tan asustado... Tan frágil...

Renjun se disculpó cuando fue a tomar su medicamento de las once. Mark corrió detrás de un paciente llamado Yuta que se negaba a medicarse. La mañana había sido desagradable, pero al menos Mark tenía música en el celular para escuchar.

Al final de la mañana, una llamada le asustó inmediatamente, pues era su madre quien le llamaba y por el tono de voz, parecía estar muy preocupada.

- Estoy bien, mamá - le aseguró Mark. – todo está bien. -

- ¿Te estás alimentando?-

- Lo hago, la comida de aquí es buena - dijo – pero no más que la tuya. -

- ¡Oh, qué alivio! Te extrañamos - dijo la mujer del otro lado de la línea - Me preocupa tu bienestar en ese lugar...-

- Pero no hay motivo. No hay nada que de miedo aquí - mintió, pero sólo para convencerse de ello - ¿Estás bien? ¿Cómo está papá?

- Estamos bien Mark. Quiero saber de ti... ¿Qué has estado haciendo?

- Me ocupo de los medicamentos, pero esta madrugada... - se calló. Si él hablaba, sus padres sacarían a Mark de ese lugar lo más pronto posible.

- ¿Sí...? - pidió que siguiera, extrañándole la pausa de su hijo.

- ... Tuve que despertarme a medianoche para revisar los medicamentos. Ya sabes que detesto despertarme tan temprano... - decidió completar, aunque eso no era una mentira.

La mentira tiene diferentes formas y proporciones, pero mucha gente confunde la mentira con la ocultación de hechos. Veamos, si un hombre va al banco a retirar dinero y se ve a sí mismo en una gran oportunidad de robarlo y lo hace; ese es un hecho. Ahora, si su esposa le pregunta el por qué salió de casa, él podría mentir y decir que había ido a comprar pan, pero el pan se había acabado y eso explicaría la ausencia de los mismos. Esa ya no es la verdad, ni siquiera de principio a fin. Pero si él dice que fue al banco a retirar dinero y solo eso, él estaría ocultado un hecho y no mentido sobre él. Son dos perspectivas.

- Es bueno oírte de nuevo - respondió su mamá - Voy a poner crédito cada semana en tu celular.

- ¿Y por qué no un plan? - sugirió.

- ¡Buena idea hijo! Hablare con tu padre hoy mismo.-

La joven Haewon apareció frente a la escotilla e hizo un gesto para que Mark la siguiera.

- Mamá, necesito colgar, nos vemos – colgó la llamada y se levantó de la silla.

- Te llevare a su habitación – dijo Haewon, así que Mark cerró la sala.

- ¿Cómo es que salió por la puerta si ni siquiera lo vi pasar? –atravesaron la puerta, doblando el pasillo yendo a parar en otro y otro más.

- Por qué no pasó directamente frente a la sala de medicamentos, se fue por este pasillo. Además, estabas demasiado ocupado como para notar que Jisung se movía lentamente por el pasillo - la respuesta hizo que Mark se callara, pues por el tono de la chica, percibió que estaba irritada.

En fin, se detuvieron frente a una puerta común de hospital. Era la última del corredor, y lo único que había al lado era la pared. Mark dudo en llamar a la puerta, y cuando lo hizo, Haewon le pidió que fuera tolerante, que no actuara como un idiota y que cerrara la puerta cuando entrara. Después de ello, se dio la vuelta y se fue.

- ¿Quién es? - la voz de Jisung se escuchaba débil.

- Mark - respondió el mayor, sosteniendo la manija y listo para abrir la puerta.

Jisung no respondió de inmediato, pareció que estaba debatiendo la posibilidad de dejarlo entrar o no. Finalmente, su voz sonó fuerte, pero ronca:

- Puedes pasar.-

PANIC ROOM - MarkSung [Continuará...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora