Kidnapped (parte dos) (!)

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Dos semanas habían pasado desde que Kendall retomo conciencia y ahora la tensión no se podía cortar ni con el cuchillo más afilado del mundo.

Se habían vuelto cercanos, más que cercanos, de vez en cuando el la besaba y ella no le negaba sus labios, pero nunca pasaba a más, ella siempre terminaba huyendo, lo volvía loco, pero estaba dispuesto a esperar.

Lo cual lo sorprendia mucho sabiendo lo enfermo que podía ser.

Kendall, por su lado, ya no sabía qué hacer, estaba comenzando a caer por ese hombre, le había agarrado un gusto a sus besos, sus caricias y la atención que le daba que no sabia como explicar sin sonar loca.

A veces se preguntaba que hubiese pasado si se hubiesen conocido de forma correcta.

Probablemente igual se hubiese enamorado de él.

En sí era guapisimo.

Cada noche, iba a su habitación a verlo masturbarse, ella sabia que el dejaba la puerta abierta aproposito, no sabia si siempre que lo veia el la veia también, de todas formas siempre dejaba su puerta abierta antes de realmente irse a dormir, comenzaba a pensar que tal vez tenía un problema sexual, se masturbaba todos los días.

Y ella lo hacía a veces también, no iba a mentir, también pensaba en el, la tensión entre ambos cada vez era más fuerte y no sabía si podía resistir más.

No podia hacerlo, no podia darle lo quería.
Aunque quería darselo en bandeja de plata.

-¿En qué piensas?-Le preguntó sentándose a su lado, pasando su brazo por los hombros de ella.
-Nada.-Mintió intentando no ponerse roja.
-Seguro.-Dijo repartiendo besos por su mejilla y mentón.-¿Qué quieres cenar? Pizza de nuevo?
-No, no puedo seguir comiendo eso, tengo que cuidarme.-Dijo mirando sus piernas, el asintió.
-¿Alguna dieta en especial?-Preguntó.
-No recuerdo mi dieta-Responde bufando-También necesito hacer ejercicio, lo extraño.
-Bien, eso se puede arreglar, tengo espacio en el garage para hacer un pequeño gym para ti.
-¿En serio?
-Claro, puedo comprar unas máquinas e instalarlas.

El hacía tanto por ella, quería que se quedase, aunque no pudiese escapar, la última semana estaba sintiendo cosas más profundas por ella, creía que comenzaba a enamorarse de esa muñeca.

Mas allá de la extraña obsesion que tenía.

Pero dudaba que ella sintiera lo mismo.

La tenía aquí en contra de su voluntad.

-Algún día me dirás tú nombre?-Preguntó distrayendolo de sus pensamientos, el sonrió un poco.
-Brook.-Respondió sin más, aun repartiendo besos por su mentón bajando a su cuello, ella aun sorprendida de que le haya dicho ese detalle finalmente, no lo esperaba.
-Brook-Gimoteó, el sonrió, le gustó oír su nombre salir de sus labios.

Tomó la cintura de ella haciéndola sentarse en su regazo, con sus piernas a cada lado de las suyas, la miró a los ojos, esperando su aprobación, ella solo miró sus labios.

Tomó eso como un sí.

Amaba cuando lo dejaba besarla.

Así que juntó sus labios con los de ella, con una intensidad que la hacía estremecer.

Las manos de ella fueron a caer al cabello de el, bajando de vez en cuando a su cuello.

Sin embargo, Brook no sabía qué hacer, no sabía si por fin le iba a dejar poseerla.

-Brook.-Susurró sobre sus labios, el asintió pensando que quería parar, y le sorprendió cuando le dijo lo siguiente-Llevame a la habitación.

El asintió y automaticamente tomó sus piernas para levantarla y llevarla al cuarto como quería, mientras subían las escaleras Kendall se atrevió a besar su rostro y mandibula, despertando a Brook aun más.

Kendall Jenner Imagines.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora